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Prueba de motores del Ariane 6 en la plataforma de lanzamiento. AFP
Diez minutos críticos para devolverle a Europa la soberanía espacial

Diez minutos críticos para devolverle a Europa la soberanía espacial

Está previsto para esta tarde el lanzamiento desde la Guyana Francesa del esperado cohete Ariane 6, que permitirá a la Agencia Espacial Europea dejar de depender de terceros para poner aparatos en órbita

Martes, 9 de julio 2024, 00:14

Todo está listo. Los sistemas del Ariane 6 tienen luz verde. Solo falta cruzar los dedos para que no se materialicen las tormentas que los meteorólogos pronostican para esta tarde en Kurú. Porque desde esa base que la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene en la Guyana Francesa debería despegar durante la ventana de oportunidad que se abre entre las 15 y las 19 horas -5 más en la España peninsular- el cohete desarrollado con el fin de recuperar la capacidad del continente para poner cargas en órbita.

Si tiene éxito, el vuelo inaugural confirmará la valía de la lanzadera espacial más avanzada de Europa, cuya construcción ha corrido a cargo de 600 empresas de trece países -un 4,7% corresponde a España- y se ha alargado cuatro años más de lo previsto debido a la pandemia del coronavirus y las posteriores turbulencias geopolíticas. Ha sido una década en cuyo tramo final la ESA ha perdido su capacidad para poner aparatos en órbita debido a la retirada del Ariane 5, que facilitó hitos como el despliegue del telescopio James Webb. A esta coyuntura se ha sumado la dificultad añadida por la ruptura del acuerdo con Roscosmos para utilizar los cohetes Soyuz tras la invasión rusa de Ucrania, por lo que se ha tenido que echar mano de iniciativas privadas como el SpaceX de Elon Musk.

Componentes de las dos versiones del cohete Ariane 6 ESA

«Es un momento importante para la historia espacial de Europa y su soberanía», afirmó Carine Leveau, directora de Transporte Espacial en la agencia francesa CNES, en una rueda de prensa. «Nadie quiere depender de terceros, por eso todos los países que pueden permitírselo buscan acceso directo al espacio», añadió Lucía Henares, responsable de la Estrategia de Transporte Espacial de la ESA. Por si fuese poco, este tipo de tecnología también puede convertirse en un buen negocio, ya que cada vez más países buscan poner satélites en órbita para desplegar sus propios sistemas meteorológicos o de defensa.

No obstante, el Ariane 6 no ha nacido exento de polémica. Algunos critican que su capacidad de carga es relativamente pequeña: 11,5 toneladas hasta una órbita geoestacionaria y 21,6 toneladas a una órbita terrestre baja. Es un peso similar al que podía transportar su predecesor y muy inferior al certificado para los cohetes de última generación de la NASA -los Artemis del Space Lauch System-, de la Agencia Espacial China -el Larga Marcha 10- y, sobre todo, el Starship de Space X, que tiene el récord con 150 toneladas completamente reutilizables. Además, el Ariane 6 es de un solo uso, algo que choca con el creciente desarrollo de cohetes multiuso que reducen costos y recursos.

El lanzamiento

En cualquier caso, la sexta versión del Ariane cuenta también con algunas ventajas notables. En primer lugar está que puede alcanzar un lanzamiento mensual cuando su producción alcance velocidad de crucero. Y, en segundo lugar, que el motor de la segunda etapa, llamado Vinci, puede encenderse y apagarse en el espacio para modificar una órbita y también para provocar su caída controlada a la Tierra y lograr así destruirlo sin contribuir a generar más basura espacial, un creciente problema para todas las misiones. Además, la ESA hace hincapié en la versatilidad de las dos versiones de este cohete modular, «que le permiten lanzar cualquier tipo de satélite para orbitar la Tierra, enviarlo a la luna, o más allá».

Recreación del Ariane 6 en vuelo. ESA

Cuando la cuenta atrás llegue al esperado 'ignition', el Ariane 6 despegará gracias a los cohetes de refuerzo -pueden ser dos o cuatro- que serán propulsados con combustible sólido durante algo más de dos minutos para permitir que el aparato escape de la gravedad terrestre. Llegado ese punto, a una velocidad de 1.515 metros por segundo, esos tanques se separarán y caerán, dejando la propulsión a cargo del motor principal, el Vulcan 2.1 -de combustible líquido-, que se mantiene activo hasta los ocho minutos. Para entonces, el Ariane 6 habrá salido de la atmósfera del planeta a 1.855 metros por segundo y habrá concluido con éxito la parte más crítica del lanzamiento. A partir de aquí el Vinci tomará el control a 4.625 m/s para llevar los satélites a su órbita.

Estos son los aparatos que viajan a bordo del primer Ariane 6. ESA

Una hora y cinco minutos después del despegue, a unos 580 kilómetros de altura, irán los tres del primer grupo. Son el OOV-Cube, el Curium One y el Robusta-3A. Solo unos segundos después entrará en órbita el segundo grupo, compuesto por 3Cat-4 -un minisatélite meteorológico creado por estudiantes del NanoSat Lab de la Universidad Politécnica de Cataluña-, ISTSat y GRBBeta. Finalmente, un último empujón pondrá a lo que queda del Ariane 6 en el punto exacto para soltar los dos últimos satélites: CURIE y Replicator. Pero el éxito de la misión no se confirmará hasta que el cohete haya completado algunos tests más y el módulo final ponga rumbo a la tierra, a las 2 horas y 40 minutos de vuelo, por el punto NEMO del Pacífico Sur, el más alejado de tierra firme.

Made in Spain

Entre los diferentes sistemas del Ariane 6 hay varios españoles. Están, por ejemplo, el dispensador de satélites de pequeño tamaño RAMI, ideado por la empresa gallega UARX Space, o la antena de telemetría producida por la vasca Sener para que el lanzador remita toda la información sobre su funcionamiento a la sala de control. También el transmisor de esos datos es 'made in Spain', ya que lleva el sello de Thales Alenia Space.

En cualquier caso, la mayor aportación tecnológica de España corre a cargo de la filial de Airbus, ya que siete de sus sistemas se han fabricado en las instalaciones de la multinacional en Tres Cantos y Getafe. Son los adaptadores de carga útil, la unidad de fuegos pirotécnicos y la parte superior del propulsor. A eso hay que añadir la aportación de la división de Defensa, que se ha encargado del 90% del cableado del cohete. Todos estarán hoy expectantes ante un momento crítico para la industria aeroespacial europea.

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