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Y después de Calleja, Katy Perry. La carrera espacial comercial desatada desde hace unos años ha dado hoy un paso más para alejarse de los ... tiempos en que Estados Unidos y la Unión Soviética pugnaban por salir de la Tierra o llegar a la Luna antes que su archirrival. Si el pasado 12 de septiembre el multimillonario y aspirante a dirigir la Nasa - es el elegido por Trump- Jared Isaacman protagonizó el primer paseo espacial privado -apenas asomó medio cuerpo fuera de la nave en la que viajaba-, este lunes seis mujeres se han convertido en la primera misión íntegramente femenina en viajar al espacio. Las protagonistas, la citada cantante, la exingeniera de cohetes de la Nasa Aisha Bowe, la astrofísica Amanda Nguyn, la periodista Gayle King, la cineasta Kerianne Flynn y Lauren Sánchez, novia de Jeff Bezos, fundador de Amazon y de Blue Origin, la empresa que ha construido la nave en la que han viajado. Han partido a las 15.30 horas y solo once minutos después estaban ya de vuelta. Han sido recibidas por el propio magnate y se han sucedido los gritos de alegría e incluso besos al suelo. «No se trata de mí, sino de hacer sitio en el espacio para las mujeres», ha declarado la cantante.
La teórica misión, calcada a la llevada a cabo por el aventurero y presentador televisivo hace dos meses, aspiraba en teoría a suceder a la epopeya de la soviética Valentina Tereshkova, que en 1963 se convirtió en la primera mujer en partir fuera de nuestro planeta. Lo hizo además en solitario. Para su preparación, tuvo que superar un largo entrenamiento que incluyó vuelos de ingravidez, pruebas de aislamiento y 120 saltos en paracaídas. En los tres días que se prolongó la misión dio 48 vueltas a la Tierra. En esta nueva era de turismo espacial, lo que se necesita sobre todo para viajar el espacio es dinero. Aunque no conoce con exactitud el coste de un billete en la 'New Sheppard' -el cohete en el que viajarán-, se calcula en torno al millón de dólares.
El vuelo en sí tampoco ha tenido nada que ver. Una vez que han despegado desde Texas, han llegado a 100 kilómetros de altura. Este punto es conocido como la 'línea de Kárman' y marca la frontera donde se deja atrás nuestro planeta y se entra en el espacio. Tras permanecerán poco más de tres minutos en gravedad cero han regresado. En términos técnicos, un vuelo suborbital de 11 minutos.
«No puedo recomendar más esta experiencia. Me siento superconectada al amor. Esta experiencia me ha enseñado que nunca sabes cuánto amor tienes dentro de ti», ha añadidoPerry con una margarita en la mano al salir de la cápsula y que ha cantado cantado 'What a wonderful world' durante el viaje. Al frente ha estado Lauren Sánchez, la pareja del magnate. La presentadora de televisión de origen mexicano y piloto de helicópteros había asegurado que «buscan ampliar su perspectiva sobre la Tierra, compartir sus experiencias y generar un impacto duradero que inspire a futuras generaciones». «He sentido una gran alegría... Y espero que mucha más gente pueda sentir esto», ha apuntado después de la experiencia.
«Tengo mucho miedo, pero también estoy muy emocionada», había reconocido por su parte la periodista y escritora Gayle King, la más veterana de las seis a sus 70 años, y buena amiga tanto de Oprah Winfrey como del príncipe Enrique y Meghan Markle, que ga destacado de la experiencia «el silencio y la tranquilidad». La más preparada de la tripulación era Aisha Bowe, exingeniera de cohetes de la Nasa de 40 años además de fundadora y directora ejecutiva de una empresa especializada en tecnología. La quinta tripulante es Amanda Nguyen, una astrofísica licenciada en Harvard que se ha convertido en activista por la violación que sufrió mientras estudiaba en la conocida universidad. En 2014 fundó Rise (Levántate) una ONG en defensa de las mujeres y los hombres que han sufrido abusos sexuales. Finalmente, la cineasta Kerianne Flynn quería que el vuelo inspire «para que su hijo, Dex, y la próxima generación de soñadores alcancen las estrellas».
El primer turista espacial de la historia fue el multimillonario norteamericano de origen ruso Dennis Tito, que en 2001 pagó 20 millones de dólares por viajar a la Estación Espacial Internacional. El propio Bezos también viajó en una de sus naves en 2021. Hasta hoy, 52 turistas espaciales han volado gracias a su empresa.
El vuelo y su reivindicación de la mujer llega en un momento en el que la irrupción de Trump ha supuesto un retroceso para las políticas de género. La propia Nasa ha tenido que retirar de su web toda mención a ellas, incluida el plan para que Kristina Koch se convierta en la primera mujer en pisar la Luna en 2027. El propio Bezos, como otros colosos de las tecnológicas estadounidenses, se ha acercado en los últimos meses al presidente norteamericano.
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