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Si bien el expresidente de Estados Unidos Donald Trump prometió que los humanos volverían a pisar la Luna no más tarde de 2024, no parece que su predicción se vaya a cumplir. «No será antes de finales de 2025 y lo más probable es que ... ocurra en 2026, aunque no tengo una bola de cristal para poder asegurarlo», ha declarado Philippe Deloo, responsable del proyecto Orión de la Agencia Espacial Europea, en una sesión informativa organizada por la ESA con medios de comunicación internacionales para aclarar las posibles dudas sobre la contribución europea a Artemisa, el nuevo programa de vuelos tripulados a la Luna de la NASA.
La ESA, en colaboración con su contratista principal, Airbus, aporta el módulo de servicio que proporcionará aire, electricidad y propulsión a la nave tripulada de Orión, tanto en su viaje de ida a la Luna como en el de vuelta a la Tierra, donde amerizará en el océano Pacífico. El cohete de 111 metros de altura y 130 toneladas en el que despegará la Orión es el más grande de la Historia y el único capaz hoy de poner una nave tripulada en rumbo hacia el satélite.
Tanto Deloo como Didier Radola, responsable del programa Orión de Airbus, han señalado que la contribución europea será principalmente técnica y está liderada por Alemania e Italia. «Nuestros compañeros de España aportan la unidad de control térmico, y Francia se encarga de aspectos como el tanque de presión y la revisión de la cualificación del vehículo», ha explicado Radola. Y, sí, habrá astronautas europeos, pero habrá que esperar para verlo. «Es un acuerdo al que hemos llegado con la NASA, pero ocurrirá en el medio plazo», ha dicho Deloo.
Artemisa 1 es la primera de las tres misiones del nuevo programa de vuelos tripulados a la Luna, un proyecto que pretende ser la antesala para llevar humanos a Marte. «La última vez que pisamos la luna fue a raíz de una carrera espacial entre Estados Unidos y Rusia. El objetivo era poner un pie en la Luna el primero, y poco más. Ahora volvemos no solo para demostrar que podemos, sino también para explorar sus recursos y, desde ahí, visitar otros lugares, como Marte, en las próximas décadas», ha afirmado Deloo.
En este primer vuelo, que durará entre cuatro y seis semanas, la cápsula Orión irá vacía, orbitará el satélite y se acercará hasta unos 100 kilómetros de la superficie. La NASA fijará una fecha de lanzamiento después deexaminar los resultados de las pruebas de llenado de combustible, ensayo de la cuenta atrás y vaciado del cohete actualmente en curso en la plataforma 39B del Centro Espacial Kennedy.
Los responsables de la ESA y de Airbus han asegurado, además, que el conflicto en Ucrania no ha tenido ningún efecto en la misión Artemisa 1, porque «la NASA y la ESA no dependían de servicios rusos o ucranianos. En el programa lunar, Rusia iba a proporcionar algunos materiales, pero no en el corto plazo, así que tenemos tiempo de buscar alternativas», ha dicho Deloo.
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