Santander: becas y ayudas al empleo y el emprendimiento que
cambian la vida de 36.000 personas cada año
Líderes con Propósito ·
Guardar los ahorros en un banco no solo ayuda a tu
economía, también puede ser la puerta a una vida mejor para otras
personas. Con su extenso programa de becas y ayudas al estudio, la
empleabilidad y el emprendimiento, esa es la intención de
Santander, una de las empresas que integra la comunidad Líderes con
Propósito, encabezada por Vocento
Juan José Esteban
Martes, 24 de octubre 2023, 16:46
«En Santander estamos convencidos de que la educación es un motor
de crecimiento y transformación para la sociedad. Por eso decidimos
apostar por la Universidad hace 27 años y apoyarla como eje
principal de nuestras políticas de responsabilidad social
corporativa». Susana García Espinel es ... la directora de Santander
Universidades y Universia España y es la encargada de gestionar
todas las acciones de este pilar que deriva del propósito
corporativo de Santander: ayudar a progresar a las personas, a las
empresas y a la sociedad.
Y las cifras no dejan lugar a dudas. En 27 años, Santander ha
invertido más de 2.200 millones de euros en becas y ayudas para la
formación. En el periodo 2020-2022 se han concedido 585.000, por un
valor de 316 millones de euros. Y en el Encuentro Internacional de
Rectores Universia celebrado el pasado mes de mayo de este año en
Valencia, la presidenta de Santander, Ana Botín, comprometió otros
400 millones de euros hasta 2026. Cifras que certifican la vocación
de apoyo a la educación, la empleabilidad y el emprendimiento de
Santander, una de las compañías integradas en Líderes con Propósito,
la comunidad de empresas lideradas por Vocento que se gobiernan
desde el propósito corporativo y en la que también están Havas Media
Network España, HM Hospitales, Iberostar, IKEA, L'Oréal, Mahou San
Miguel, Novartis, Puy du Fou, Salesforce, Telefónica y Tendam.
Una cascada de millones que ha conseguido cambiar la vida a mucha
gente. Más de un millón de personas, calculan en Santander. Como la
de Javier Madrid, que recibe la beca Educa Talento Santander
Comillas, enfocada a los alumnos con escasos recursos que tienen
vocación en los ámbitos de la Educación y el Trabajo Social.
Javier tiene 30 años y una historia a sus espaldas que deja a la
altura del betún a los superhéroes de Marvel. «Mi padre falleció
cuando yo tenía 14 años. En ese momento pegué un bajón académico y
estuve perdido bastante tiempo. Saqué la ESO. Pero era muy
inconstante. Empezaba las cosas y las dejaba. Empecé un grado medio
de joyería y lo dejé. Y me puse a trabajar en empleos precarios,
como pizzerías y cosas así, que no me llenaban. Cuando ya tenía 20
años, me quise poner las pilas e hice la prueba de acceso a un grado
superior. Me esforcé muchísimo y la aprobé, pero no pude acceder al
Grado Superior de Técnico de Animación de Actividades Físicas y
Deportivas (TAFAD), que era lo que quería hacer».
El mazazo, reconoce, fue enorme. «Desde pequeño siempre quise
estudiar algo relacionado con la educación, los niños y el deporte».
Al no poder entrar TAFAD se metió un grado superior de Técnico de
Mantenimiento de Instalaciones. «Lo terminé y estuve dos años
trabajando de eso, porque la situación en casa era la que era…».
Pero la espinita seguía ahí clavada.
«Tenía 25 años y un trabajo decente, pero estaba desmotivado
porque no me gustaba lo que hacía. Justo ese verano me salió un buen
trabajo como socorrista en las piscinas municipales de Madrid y eso
me animó para ver si podía acceder a alguna Universidad. Como tenía
el grado superior, supuestamente sí, pero la nota no me daba para
acceder a ninguna universidad pública». Y miró a las privadas. Pero
con solo un trabajo de verano que le ocupaba cinco meses no se lo
podía permitir… hasta que descubrió la beca Educa Talento Santander
Comillas, que le permitió empezar el doble grado de Ciencias Físicas
y del Deporte y Educación Infantil y pagarlo.
Javier Madrid tiene hoy 30 años y acaba de empezar el quinto y
último curso. «Al principio pesé que no iba a poder con ello, porque
después de tanto tiempo había perdido el hábito del estudio». A día
de hoy, sus notas se cuentan por matrículas de honor.
Pero su historia de superación no acaba aquí. En este tiempo en el
que ha compaginado estudios y trabajo, a Javier la ha dado tiempo a
casarse con su novia Priscila y a machacarse con el inglés para que
cuando acabe el doble grado y las prácticas en el colegio que le
toque se pueda quedar como profesor de magisterio. Pero también
tiene un plan B. «Me gustaría hacer el Máster, que es una especie de
fusión de las dos carreras y aprovecharlo para dar clase en la ESO,
en la FP y, ya sí, enfocarme al magisterio pero desde el punto de
vista de Ciencias de la Educación Física y del Deporte».
La beca que recibe Javier, Educa Talento Santander Comillas, le
está ayudando durante toda la carrera con la matrícula y los costes
mensuales. Pero es solo una de las muchas que ofrece la entidad
bancaria.
Santander lanzó, solo el año pasado, más de 1.100 programas de
ayuda al estudio y becas en 11 países divididos en ocho categorías:
idiomas, tecnología, estudios, prácticas, women, habilidades,
investigación y sostenibilidad. Están abiertas a todo el mundo y son
tanto nacionales como internacionales.
Uno de esos más de 1.100 programas son las becas Santander
Progreso, que otorga directamente la entidad y que dan apoyo a
estudiantes de toda España para acceder a Grados o Másteres.
Esa es la ayuda con la que Cisne Ramírez está cursando el doble
grado de Educación Infantil y Primaria en la Universidad Francisco
de Vitoria. «Yo nací en Ecuador y a los tres años me vine con mi
madre a España. Nos volvimos cuando yo tenía 13. Ecuador es un país
inseguro y más bien machista y antes de la pandemia ya nos habíamos
planteado regresar a España. Empecé a investigar en mi Universidad
en Ecuador y apareció que tenía un convenio con la Universidad
Francisco de Vitoria, pero solamente para un semestre. Me puse en
contacto con ellos para ver si se podía estirar y hacer toda la
carrera allí y me dijeron que podía hacerlo como admisión
internacional haciendo unas pruebas de acceso».
La pandemia y el cierre de fronteras la pillaron en mitad del
proceso. «En febrero de 2020 me dijeron que estaba admitida, pero se
declaró la pandemia y los vuelos se suspendieron. Me desanimé mucho,
pero llamé al consulado, porque tengo pasaporte español, les dije
que tenía que volver a España y me apunté en la lista de repatriados
para venir. Un martes de mayo me llamaron y me dijeron que había una
plaza en un vuelo que partía ese viernes. Les pedí cinco minutos
para pensármelo, pero no me los dieron. Cuando colgué el teléfono le
dije a mi madre: «Me voy el viernes a España»».
«Cuando llegué, me planteé terminar el grado de Educación Infantil
cuando antes, porque tenía que ponerme a trabajar. Lo hice en tres
años en vez de en cuatro. Y mientras cursaba el último año de
Infantil también hice la mitad del curso de Primaria. Ha sido una
locura».
En junio se graduó de Educación Infantil y desde septiembre está
estudiando las cuatro asignaturas que le faltan de Educación
Primaria y aguardando las prácticas.
«El primer año que regresé a España tuve una beca del Ministerio.
Y el año pasado ya recibí la beca Santander Progreso», explica.
El panorama que atisba a sus 25 años está orientado hacia las
tareas sociales. «Desde que llegué a España he participado en varios
programas de voluntariado; en uno de ellos, una colaboración entre
las Madres Teresianas y la Unión Europea, yo era coordinadora; y
este septiembre ha estado en Tánger en las misiones de la
Universidad».
Esa vocación social se nota también en sus intereses. «Mi TFG de
Educación Infantil lo hice sobre la diferencia de calidad educativa
entre los colegios públicos de las zonas de renta alta frente a las
zonas de rentas bajas. Y lo que me gustaría es trabajar con los
niños de las áreas donde hay menos calidad educativa, porque yo veo
la educación como una herramienta de emancipación y un gran ascensor
económico y social».
Esta misma vocación social de la que habla Cisne Ramírez es la que
hace que Santander tenga el programa de becas más potente de España.
«Nuestro compromiso está centrado en promover iniciativas que
contribuyan a cumplir nuestra misión, que es apoyar el progreso
–asegura la directora de Santander Universidades y Universia España,
Susana García Espinel–. Por eso, desde Banco Santander impulsamos
programas que promueven la equidad educativa, ofreciendo
oportunidades para el acceso, la permanencia o el éxito en los
estudios universitarios a través de nuestros programas de becas de
movilidad nacional e internacional o de acceso a estudios de grado y
posgrado».
Pero el foco de Santander no está solo en la formación; también en
el acceso al mercado laboral. «Una segunda pata de nuestra
iniciativas está en el desarrollo de programas para fomentar la
empleabilidad de los jóvenes –añade–, reforzando las competencias
que necesitan para incorporarse al mercado de trabajo, encontrar
nuevas oportunidades laborales o ayudarles a actualizar o adaptar
sus conocimientos en un entorno en constante evolución a lo largo de
toda su vida profesional».
Y aún hay una tercera: los programas que animan al emprendimiento.
«Con ellos –señala García Espinel– favorecemos el desarrollo de las
competencias propias del perfil emprendedor y apoyamos su
trayectoria a través de premios y retos que fomentan la innovación y
contribuyen al desarrollo y escalamiento de startups y scaleups con
una clara vocación internacional».
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.
Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Sesión cerrada
Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.
Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.