Secciones
Servicios
Destacamos
Juan José Estebán
Martes, 10 de octubre 2023, 14:06
Para nosotros, en nuestro primer mundo, una bicicleta es un objeto banal, casi insignificante. Pero para Anne-Marie, una chica senegalesa hoy veinteañera, la bici que recibió de manos de la ONG Bicicletas sin fronteras fue el salvavidas que le permitió volver al instituto, terminar ... sus estudios, escapar de la miseria y alcanzar una vida mejor. Cosas de la relatividad.
Anne-Marie nació hace 23 años en Diakhanor, una aldea a 12 kilómetros de Palmarin, donde está el instituto que da servicio a los cinco poblados que componen esta comunidad del sur de Senegal. A los 16 años tuvo una hija, Angélique. A cualquier otra chica de su edad, esta temprana maternidad le hubiese llevado a dejar los estudios, trabajar en el campo y abocarse a una vida de miseria. Pero Anne-Marie decidió seguir adelante y terminar los dos años de instituto que le quedaban.
Para conseguirlo contó con el soporte de su familia, que cuidaba de Angélique mientras ella estaba en clase, y con una ayuda extra: esa bicicleta que le permitía llegar al instituto en 20 minutos en vez de en las dos horas que se tarda caminando.
Y gracias a ese título de bachiller, Anne-Marie entró en la Universidad de Dakar, cursó Filología Portuguesa y dio un giro de 180 grados a una vida que parecía condenada a la pobreza y la irrelevancia.
Cambiar la vida de las personas como Anne-Marie a través de proyectos solidarios es la premisa de las iniciativas de voluntariado que promueve Salesforce, una de las compañías integradas en Líderes con Propósito, la comunidad de empresas que se gobiernan desde el propósito corporativo y en la que también están Havas Media Network España, HM Hospitales, Iberostar, IKEA, L'Oréal, Mahou San Miguel, Novartis, Puy du Fou, Santander, Telefónica, Tendam y Vocento.
Una de esas iniciativas solidarias de Salesforce es Bikeforce, que nació hace cinco años cuando un grupo de empleados de la compañía aficionados a la bicicleta se planteó cómo podía ayudar a otras personas a través de su hobby. Y un encuento casual con la ONG catalana Bicicletas sin fronteras hizo que todas las piezas encajaran.
« Google fue nuestro cupido –apunta Fernando Gallego, vicepresidente de Field Service, Platform & Service en Salesforce y uno de los agitadores de Bikeforce– . Estabamos buscando un partner a quien ofrecerle nuestra ayuda y el primero que apareció en el buscador fue Bicicletas sin fronteras. Tuvimos una videollamada con Romà Boule e Inès Carrillo, sus creadores, y el flechazo fue instantáneo».
«La llamada de la gente de Salesforce nos pilló de vacaciones en Estambul –explica Inès Carrillo–. Les contestamos muy rápido, concretamos una reunión on-line y en cinco minutos nos convencimos los unos a los otros y nos pusimos a trabajar juntos». Eso fue en 2018.
La idea que sustenta el trabajo de Bicicletas sin Fronteras desde su nacimiento, en 2012, es que la bici es una herramienta transformadora que permite mejorar la vida de las personas. «Los primeros años, nuestros proyectos se limitaron a Cataluña, pero en 2015 decidimos saltar el Estrecho y llegar hasta Senegal», explica Carrillo. El objetivo era sencillo pero ambicioso: facilitar bicis a los alumnos de zonas rurales y apartadas para ahorrarles caminar cada día hasta 12 kilómetros para llegar a clase… y otros tantos para regresar a casa. «La idea era evitar que los chicos y chicas que viven más lejos abandonasen la escuela y aumentar su rendimiento evitándoles los madrugones y las largas caminatas», apunta Carrillo.
Primero hicieron llegar a Senegal bicicletas recuperadas o donadas por particulares que se entregaban a una los estudiantes vez reparadas. Pero la variedad de vehículos dificultaba mucho su reparación y gestión. Y en 2018 deciden cambiar el planteamiento y crear su propio modelo, Baobike, que se fabrica en Turquía y se monta en Senegal. Una bicicleta unisex, para todas las edades, robusta y muy sencilla para que el mantenimiento sea simple.
En ese cambio tuvo mucho que ver Bikeforce y su primera aportación económica. «En Salesforce nos gustan las acciones concretas –explica Fernando Gallego–. Cada año organizamos rutas solidarias en bici de cuatro o cinco días. Un vez que tenemos elegida la ubicación y la fecha, contactamos con todo el ecosistema de Salesforce y recaudamos las aportaciones de los empleados que participan en ellas y de las empresas que nos ayudan. Todo ese dinero se destina de forma íntegra al proyecto solidario de Bicicletas sin fronteras en Senegal».
La primera aportación fue en 2018. Y se derivó de la primera ruta organizada por Bikeforce: un tramo del Camino de Santiago, desde León a la ciudad del apóstol, en cuatro jornadas. La recaudación, aportada por los participantes, el ecosistema de la compañía, las empresas implicadas en la ruta y la propia Salesforce –que aporta un euro por cada euro que aportan los programas de voluntariado de sus empleados–, sumó 40.000 euros.
Ese dinero fue el empujón definitivo para poner en marcha la fabricación de Baobike y la construcción del centro de gestión de Bicicletas sin fronteras en Palmarin.
«En el centro trabaja hoy un equipo de cuatro personas que se encarga de gestionar la llegada de las bicis, montarlas y repararlas, y coordinar su entrega a los alumnos de los seis institutos y cuatro centros educativos a los que prestamos servicio», explica Inès Carrillo.
Las bicicletas se entregan al inicio de cada curso, a principios de noviembre, cuando se han terminado de cosechar el mijo y el cacahuete, la principal fuente de ingresos de las familias de la comunidad de Palmarin. Para recibirlas, los alumnos las tienen que haber solicitado en su instituto y pagar una cuota anual de unos nueve euros que incluye la cesión de la bici durante el curso, su reparación y mantenimiento. Y al terminar las clases, a finales de junio, toda la flota vuelve al centro de gestión de Bicicletas sin fronteras en Palmarin, donde se ponen a punto para el siguiente curso.
«Salesforce tiene la vocación, derivada de su propósito corporativo, de devolver a la sociedad parte de lo que nos da. Y a todos los empleados se nos motiva para que participemos, a través de acciones concretas, en su modelo filántrópico Pledge 1-1-1, por el que un 1% de las acciones de la compañía pertenecen a la Fundación Salesforce, que hace una labor social bastante profunda; el 1% de toda nuestra tecnología se dona a asociaciones y ONG, y el 1% del tiempo de los empleados se dedica a voluntariado», explica Ricardo Usaola, vicepresidente de MuleSoft, una de las divisiones de Salesforce.
El dinero que ha aportado Bikeforce a Bicicletas sin fronteras en estos cinco años supera los 130.000 euros. Pero su labor solidaria no se queda ahí. En febrero, 18 empleados de la compañía se desplazaron hasta Senegal para ver el proyecto in situ. Ricardo Usaola y su hija de 21 años estuvieron en ese grupo. «Estuvimos allí viviendo con las familias, yendo a los colegios con los chicos, visitando la sede de Palmarín y empapándonos del proyecto… Fue una experiencia espectacular para todos, pero para mi hija fue una lección de vida», recuerda Usaola.
Pero no fueron unas vacaciones. Tras ese viaje y un revelador brainstorming, en Bikeforce han surgido ideas para mejorar las infraestructuras que ya existen en Senegal, sensibilizar sobre el trabajo de Bicicletas sin fronteras y amplificar la comunicación sobre el proyecto para que se unan más trabajadores y crezcan las donaciones. Todo con el objetivo de expandir la propuesta de Bikeforce y Bicicletas sin fronteras a los 350 institutos de Senegal y lograr que la bici sea un elemento transformador en la sociedad senegalesa.
Anne-Marie se licenció hace un año y ha vuelto a su aldea con su título de Filología Portuguesa debajo del brazo. Sigue pedaleando cada día los 12 kilómetros que separan Diakhanor de Palmarin igual que cuando iba al instituto. Pero ahora lo hace en su propia bibicleta y para trabajar como responsable de gestión del proyecto Bicicletas sin fronteras en Senegal. El mismo que le permitió acabar sus estudios en el Lycée de Palmarin, estudiar una carrera y labrarse una vida mejor para ella y para su hija Angélique.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.