H&M: «El reciclado textil es todavía un reto tecnológico»

-¿Cuándo se dieron cuenta de que la sostenibilidad debía ser un punto importante en vuestro negocio?

En realidad no lo hemos hecho. En 2022, celebramos nuestro 75 cumpleaños y esto significa que tenemos 75 años de experiencia en la industria de la moda, incluidos los problemas y retos asociados al desarrollo sostenible. Trabajamos con todas las partes interesadas con las que trabajamos: sindicatos, gobiernos y proveedores. La sostenibilidad está en el centro de nuestra estrategia, es el corazón de nuestro negocio. Llevamos 20 años publicando informes de desarrollo sostenible y desde hace dos, el informe anual y el de sostenibilidad es lo mismo. Desde su creación, la misión de H&M ha sido democratizar la moda. Y hoy, eso significa dar a todo el mundo acceso a una moda más responsable.

-¿Y cómo se trabaja la sostenibilidad en este sector?

Hay retos, pero esta experiencia, como acabo de decir, nos ha enseñado una cosa clave y es que el éxito reside en trabajar conjuntamente con todas las partes interesadas. Así que estamos convencidos de nuestro papel, de que queremos utilizar nuestro tamaño para tener un impacto positivo, y que así es como crearemos valor sostenible. Queremos liderar el cambio hacia una verdadera industria de la moda, más responsable y más circular.

Más responsable, más circular… El sector tiene sobre él todas las miradas por su huella ambiental, ¿cómo se puede reducir?

Es una gran pregunta. Tenemos un impacto sobre las personas, las comunidades y su entorno, así que nuestro objetivo es ser 100% circulares. ¿Y por qué no? Nos hemos dado cuenta de que adoptando un ecosistema circular podemos reducir nuestra dependencia de los recursos naturales y, así, nuestro impacto en el clima y en la naturaleza. Nuestro objetivo es tener el 100% de materiales reciclados y materiales de origen más sostenible para 2030, sabemos que estos tienen menos impacto que los convencionales. Además tenemos que construir estrategias circulares con cadenas de suministros circulares con vistas a repararlos, reutilizarlos o reciclarlos, y, además, utilizar procesos de producción que tengan menos impacto. Con esto, me refiero al teñido y la estampación, por ejemplo. Además estamos desarrollando estrategias para que nuestros clientes vean y usen la moda de una forma más consciente y por ello hemos abierto en Barcelona una tienda donde, por primera vez, animamos a nuestros clientes a que prueben y tomen decisiones pero con información. En esto estamos trabajando y por eso en Amberes (Bélgica) vamos a abrir un servicio de alquiler, porque queremos ofrecer a nuestros clientes formas de tener menos impacto en el planeta. En París, por ejemplo, tenemos una tienda que ofrece un servicio de reparaciones, para ayudar a nuestros clientes a reutilizar su ropa. Todo esto es un abanico de ofertas y propuestas para que nuestros clientes participen de nuestra convicción. Nuestra misión es democratizar la moda dando acceso a todos a una moda más responsable.

-¿Van a trasladar a España estos servicios?

Estamos abiertos a diferentes cosas, pero no te puedo decir si se va a duplicar. Hemos elegido Barcelona como el lugar perfecto para lanzar esta oferta de ropa de segunda mano, porque tenía sentido. ¿Llegarán los servicios de alquiler a España? Realmente no puedo responder a eso.

-Otro punto es la circularidad… esa segunda vida de la ropa. ¿La gente lleva su ropa a la tienda? ¿Cuántas toneladas recogieron?

La cifra del año pasado, a nivel de grupo en todo el mundo, fue 15.000 toneladas de ropa. Formamos parte de un ecosistema circular, porque permitimos que la gente utilice realmente su ropa reparada y reutilizada. Hay más posibilidades que tirarla, aunque esté estropeada puede ser reutilizada. No son residuos, pero van a ser recursos para que podamos utilizarlos de nuevo y allí para ellos.

-Si esa ropa no puede ser reutilizada, ¿qué hacen con ella?

Estas prendas son procesadas por nuestro socio Remondis. Recogemos estas prendas y se las trasladamos, porque cuenta con fábricas especializadas en la clasificación. Un proceso en el que se determina dónde irán y el 60% de ellas acaba en reutilización, es decir, mercados mayoristas donde se les da una segunda vida, aquí estamos hablando de ropa que ha sido identificada como de calidad. Luego tenemos entre el 30% y el 40% que se destina a reciclado, es decir se utilizará para fabricar materiales aislantes. En este apartado, la ropa se tritura y se reutiliza como materia prima. Es una parte que esperamos poder reciclar más y convertirla en materias primas para reutilizarla, pero todavía es un reto tecnológico en el que estamos invirtiendo mucho dinero.