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J.M.L.
Ciudad Real
Jueves, 8 de febrero 2024, 12:16
Cada año se desechan en España unos tres millones de colchones y más de la mitad -unas 8.000 toneladas de poliuretano- acaban arrojados a vertederos ilegales, un problema especialmente grave en los meses de calor que es cuando se aceleran las ventas por ... la renovación del dormitorio. En el mejor de los casos, son trasladados a los puntos limpios pero, aun así, en España sólo se recicla un 10% de los colchones, muy lejos de las cifras de Francia y Holanda, que rondan el 70%.
Para revertir esta tendencia ha comenzado a funcionar en Puertollano (Ciudad Real) la primera planta dedicada a reciclar químicamente la espuma de poliuretano procedente de estos colchones viejos. De momento, en sus primeras semanas de su puesta en marcha ya ha dado una segunda vida a 50 toneladas de colchones y su objetivo es tratar unas 2.000 toneladas al año cuando esté a pleno rendimiento.
El proyecto, desarrollado por Repsol en su complejo industrial de Puertollano, supone reciclar unos 200.000 colchones que, puestos en fila, cubrirían cerca de 380 kilómetros de distancia. Así, se conseguirá una producción anual de poliol de 5.000 toneladas, poliol que contiene aproximadamente un 40% de residuos de poliuretano.
La planta de RECPUR, como se ha denominado este proyecto, ha recibido una inversión de 13 millones de euros y utiliza un innovador proceso de reciclaje químico para reconvertir la espuma de poliuretano en nuevos colchones, cojines, asientos de vehículos y rellenos de sofás y sillones.
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José A. González
Según explican desde Repsol, la espuma de poliuretano, principal componente de sofás, asientos de vehículos y colchones, es considerada como un «residuo voluminoso» debido a su bajísima densidad y alto volumen, lo que implica que sea uno de los materiales con la tasa de reciclado más baja una vez que ha finalizado la vida útil de estos materiales. Además, el poliuretano está presente en el 85% de los colchones que se comercializan en España.
El reciclado químico de estas espumas -quimiólisis- hace reaccionar el poliuretano en un medio ácido a alta temperatura, lo que permite recuperar el poliol que se utilizó en su fabricación para que pueda ser reincorporado al proceso de producción. Es decir, el poliuretano es revertido a sus materias primas originales. De esta forma, se cierra el ciclo de la economía circular de este material.
A esta planta de Puertollano se sumarán otras en Europa en los próximos años de la mano de Repsol, que ha firmado un acuerdo con «RAMPF Eco Solutions», empresa alemana experta en soluciones químicas para la producción de polioles alternativos de alta calidad, por el que la compañía española tendrá la exclusividad en toda Europa para desarrollar y construir nuevas plantas de poliol flexible reciclado a partir de diferentes fuentes y calidades de residuos de poliuretano post-consumo. Y es que en Europa se calcula que unos 30 millones de colchones viejos acaban en un vertedero o en una incineradora.
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