Este viernes 26 de enero, Día Internacional de la Energía Limpia, es el mejor momento para reflexionar sobre la eólica marina. Hace unos días se publicaban en una sección de este periódico unas preguntas y respuestas sobre esta tecnología. Desde la Asociación Empresarial Eólica, ... que representa a más de 350 empresas, muchas de ellas con proyectos de eólica marina en el mundo, hemos hecho una reflexión para aportar información sobre el futuro de la eólica marina en nuestras costas.
Lo más sencillo es comenzar por definir a lo que nos referimos por eólica marina: energía renovable, que utiliza el potencial del viento de alta mar para la generación de electricidad. Los aerogeneradores marinos operan de manera similar a sus homólogos terrestres. Sin embargo, la principal diferencia de la eólica marina respecto a la terrestre son las estructuras de soporte, que pueden distinguirse entre cimentación fija o estructuras flotantes. La utilización de un tipo estructura u otra depende de diversos factores, principalmente de la profundidad del emplazamiento.
Por las características de nuestra costa, la tecnología eólica marina que se terminará instalando en España es la flotante. Esta tecnología aporta muchas ventajas ya que permite la instalación de los aerogeneradores en aguas profundas, en las cuales no es viable la cimentación fija, lo que supone una importante ventaja dado que el 80% del recurso eólico marino en Europa se encuentra localizado en aguas de más de 60 m de profundidad. La instalación de los aerogeneradores a mayores profundidades y distancia de la costa aporta flexibilidad y permite maximizar su coexistencia con otras actividades como la pesca, la navegación costera y el turismo. Además, las estructuras flotantes serán fabricadas y ensambladas en los puertos y astilleros para ser remolcadas a su localización. Esto, además de minimizar el impacto ambiental en su construcción y permitir reducir los costes de instalación, aumentará las exportaciones, aumentará el PIB nacional y supondrá un impacto socioeconómico positivo para el sector naval y las comunidades costeras locales, generando empleo de calidad y de proximidad.
España es líder en I+D+i en desarrollo tecnológico de eólica marina, contando con una red de centros de investigación, universidades y plataformas de ensayo que llevan más de 15 años desarrollando estudios y tecnologías ya aplicados a proyectos internacionales.
La tecnología eólica marina flotante existente se ha desarrollado gracias a la capacidad y conocimiento de empresas españolas. España siempre ha mirado al mar y ocupa una posición principal a nivel mundial al ser uno de los países con mayor número de soluciones tecnológicas patentadas y desarrolladas. De las 13 plataformas flotantes que se han instalado en el mundo, 11 han sido fabricadas por empresas españolas. No olvidemos que una plataforma flotante es en esencia un barco, que puede ser de acero o incluso de hormigón, sobre el que se ubica el aerogenerador, que estará fondeado a bastantes millas de la costa. Por tanto, España, por su conocimiento e historia en la construcción naval puede liderar el desarrollo de esta tecnología dadas sus actuales capacidades industriales eólicas y navales, su posición geográfica estratégica, su competitividad y conocimiento técnico, sus universidades y centros de investigación.
Una de las preguntas frecuentes es por qué usar el mar para instalar los aerogeneradores. El recurso eólico existente en el mar es muy superior y de mejor calidad que en tierra firme, en términos de velocidad media y regularidad. Esto permite una mayor potencia instalada con un mayor número de horas de funcionamiento, es decir, mayor generación de electricidad por MW instalado.
El desarrollo de eólica marina es necesario para cumplir con los objetivos nacionales y europeos de despliegue de las renovables. En España, el objetivo a 2030 para la eólica marina es de hasta 3 GW lo que se traduce en unos 200 aerogeneradores que ocuparían un 0,09% de la superficie de las demarcaciones marinas españolas.
Y ¿cómo será el desarrollo de la eólica flotante en nuestro país? Pues muy cuidadoso y con estudios rigurosos. Antes de proceder a la construcción y operación de un parque eólico marino, es necesario realizar extensos y detallados estudios de impacto ambiental, que pueden durar varios años, para conseguir la aprobación ambiental. Los estudios e investigaciones que se llevarán a cabo comprenden múltiples ámbitos como la caracterización de hábitat y comunidades; el estudio anual de la macrofauna marina (cetáceos, tortugas y avifauna) y del ruido submarino, el análisis de los recursos pesqueros, acuicultura y marisqueo; el impacto socioeconómico en la zona, entre otros. Además, dichos estudios se deben someter a un proceso de audiencia pública en la que todos los actores que así lo deseen podrán aportar datos, alegaciones o planteamientos que critiquen, refuercen o complementen la información existente y ayuden a dar criterio a la administración competente para aprobar o no el proyecto.
Pero estos estudios se deben circunscribir a aquellos emplazamientos en los que se propongan instalar los parques de forma efectiva y dichas localizaciones aún no se conocen porque las subastas aún no se han celebrado. El objetivo irrenunciable es asegurar que todo proyecto que se termine instalando es ambientalmente aceptable y en caso contrario desecharlo. Por tanto, hay que ser riguroso y profundo en todos los análisis que se hagan, pero sin generar alarmas generalizadas cuestionando el proyecto en su conjunto sin tener datos al respecto.
Otra de las preguntas frecuentes es el posible impacto visual, si vamos a estropear nuestras costas perjudicando al turismo. Las grandes distancias desde la costa a las cuales se construyen los parques eólicos marinos suponen que el impacto visual de los mismos sea muy limitado. Las zonas definidas en los Planes de Ordenación del Espacio Marino (POEM) para el desarrollo de la eólica marina en la Península se encuentran a una media de 15,6 km de la costa. Algunos países que ya cuentan con eólica marina han sabido ver la oportunidad y han puesto en marcha iniciativas para acercar el turismo a estas instalaciones como una atracción diferencial. Y está funcionando, no solo por la propia afluencia de turistas interesados en conocer los parques sino por la imagen de destino sostenible que la zona adquiere al disponer de los mismos. Han obtenido un valor añadido, un sello de calidad turística de facto gracias a la eólica.
Si al turismo no le afecta por la distancia a la costa, ¿qué efectos tendrá sobre la pesca? Debemos trabajar conjuntamente para que el propio diseño se adapte a las necesidades pesqueras en la zona. Los parques eólicos marinos son compatibles con la mayoría de las artes de pesca. La coexistencia de actividades es posible, excepto para la pesca de arrastre sobre la que tendremos que aplicar mayores esfuerzos en buscar soluciones conjuntas. Aunque el número de embarcaciones dedicadas a la pesca de arrastre en España representa únicamente el 9% del total de embarcaciones que faenan en caladeros nacionales, es una realidad social que hay que considerar y en la que el sector eólico quiere contribuir para darle futuro. Por ello, con un diálogo temprano entre el sector eólico y la pesca se puede lograr la coexistencia de ambos usos del mar.
La experiencia del sector eólico en otros países nos da la tranquilidad de que es perfectamente viable hacer coexistir la eólica con las actividades preexistentes en el mar si todos los actores parten de posiciones flexibles y respetuosas y el diálogo, la comunicación y el rigor priman como condiciones básicas. El fin último es que nadie salga perjudicado, más aún, que todos salgan beneficiados, y nuestra biodiversidad se respete.
En definitiva, contando con la experiencia y el conocimiento de nuestras empresas y universidades, contando con la experiencia y el buen saber en el oficio de nuestros pescadores, con la visión de futuro de nuestro sector turístico y con la aceptación de la sociedad ¿cómo no vamos a ser capaces de desarrollar la eólica marina en nuestras costas, de forma respetuosa con el medioambiente y generando beneficios a nuestra industria y a nuestras comunidades costeras? Por supuesto que sí. Es trabajo de todos.
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