La Europa de los extremos: sequías al sur, inundaciones en el centro

Un hecho que podría ser considerado puntual, pero que guarda relación con el estado de salud de la Tierra. «No se trata solo de lo ocurrido aquí, sino del conjunto de fenómenos extremos a los que estamos asistiendo», aseguraba por aquellas fechas la ya ex canciller alemana, Angela Merkel.

El caos climático está batiendo todos los registros y cambiando el vocabulario para referirse a los datos de la hemeroteca. «Récord», «histórico», «nunca visto» o «más baja» son algunas de las palabras que se cuelan en este informe de 2021 y que se resume en que «el Viejo Continente vivió el verano más cálidos desde que existen registros con 1ºC por encima de la media 1991-2020», reflejan los expertos de Copernicus.

Junto a ellos las lluvias torrenciales ahora han pasado a llamarse Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) lo que antes era gota fría. Aunque, climatólogos del Instituto de Biometeorología de Florencia van más allá y ya hablan de «monzones europeos». «Podríamos vernos obligados a añadir esta palabra a nuestro diccionario climático», reflejaban a principios de la segunda década de los años 2000.

«La ciencia nos está diciendo que los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes y prolongados con el cambio climático», afirma la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen. Una advertencia que llegó «en el primer Informe del IPCC en 1990», asegura José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored, y que ahora ya es una alerta.

Más claro es Mauro Facchini, responsable de Observación de la Tierra en la Dirección General de Industria de Defensa y Espacio de la Comisión Europea: «En Europa ya se dan estos fenómenos climáticos extremos». Los últimos doce meses son el mejor ejemplo: «fue un año de contrastes», aseguran los expertos de Copernicus.

El pasado 2021 registró unas temperaturas anuales en superficie solo dos décimas por encima de la media de 1991-2020, quedando fuera de los 10 años más cálidos. Sin embargo, la temperatura del mar se disparó hasta tocar registros no vistos desde principios de los 90. «En junio y julio, las temperaturas de la superficie marina en algunas zonas del Báltico se situaron en más de 5ºC por encima de la media».

A ello se le sumó un sistema de bajas presiones de lento movimiento que viajó desde estas «inusuales» aguas cálidas, a las frescas tierras de centroeuropa. Un cóctel perfecto que desató unas inundaciones históricas en Alemania y Bélgica «liberando la mayor cantidad de lluvia en un solo día registrada», revelan los responsables del estudio comunitario.

En las regiones tropicales, acostumbradas a estas lluvias extremas, ese aire que se mueve del océano hacia el continente está caliente y húmedo. Este aire cálido tiene mayor capacidad para contener humedad, por ello se descarga tanta agua en un corto período de tiempo.

Un fenómeno que cada otoño suele provocar lluvias torrenciales en el levante español. «Las precipitaciones del 14 de julio en Alemania son históricas», precipitaciones que saturaron el suelo centroeuropeo y no permitió filtrar el agua de los cuencas del Mosa y Rin que se desbordaron provocando más de dos centenares de fallecidos y millones de euros en pérdidas.

A pesar de los acuerdos políticos para descarbonizar las principales economías mundiales y para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el CO2 y el metano han continuado creciendo en los últimos doce meses. «Es necesario actuar con urgencia», reclama Facchini.

Un aviso en línea con el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas: «los próximos años serán críticos para limitar el calentamiento global al 1,5ºC desde los niveles preindustriales».

Estos gases contaminantes llegaron hasta el Ártico. Los grandes incendios forestales en la Siberia subártica se expandieron por toda la región ártica. Las humaradas de la vegetación que arde desplazan decenas de kilómetros gases de efecto invernadero y dañinos para la salud y provocó que «el Ártico registrara su cuarta mayor cantidad de emisiones de carbono procedentes de incendios forestales desde principios del milenio».

«Todos estos datos nos advierten de que se nos está acabando el tiempo para limitar el calentamiento global a 1,5ºC», alerta Facchini.