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Colpisa
Viernes, 24 de noviembre 2023, 10:37
Él solo se considera su hijo adoptivo, pero después de seis años de vivir por y para Puy du Fou, De la Villéon ya es un toledano más. Aunque decir eso es quedarse corto.
El CEO y guionista de todos sus espectáculos es un apasionado ... de la ciudad del Tajo. De su historia, sus misterios y sus leyendas, y también de sus monumentos y rincones. «El mayor cumplido que uno puede decirme es que me he convertido en un toledano –asegura–. Estéticamente, Toledo es una de las ciudades más bonitas del mundo, pero espiritualmente también lo es».
En El Cigarral de las Mercedes, una antigua finca de recreo a las afueras de la ciudad, con todos los monumentos de la ciudad iluminados por la suave luz del atardecer, charlamos con él de la ciudad que lo tiene hechizado. Y también su estilo de liderazgo, de su propósito vital, de los cuatro años que pasó como seminarista, de sus aficiones, de su personalidad, de las dificultades que ha atravesado Puy du Fou en esos años y de sus éxitos, y del legado personal y profesional por el que le gustaría ser recordado.
«Al anochecer de mi vida me gustaría contarles a mis nietos lo que he hecho por la cultura de Europa –explica– Y me gustaría que dijesen de mí que no me movió ni el dinero ni la búsqueda de honores, sino que de verdad he sido un hombre de convicciones»,
Curioso, volcánico y lector voraz de historia y filosofía política, De la Villéon es un firme defensor de que «una empresa tiene mucho más éxito y mucha más potencia cuando tiene un propósito». Y Puy du Fou, la que él dirige, lo tiene: enamorar y emocionar a la gente con su propia cultura.
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