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Pedro Alfaro dirige la sesión en la que las empresas del proyecto Líderes con propósito componen la sinfonía basada en sus valores

Las empresas de la comunidad Líderes con propósito se unen para componer una sinfonía que representa sus valores

Compromiso, coherencia, transparencia, autenticidad, innovación, riesgo y humildad son los valores principales de la Sinfonía del Propósito que se estrena en junio.

Juan José Esteban

Jueves, 16 de mayo 2024, 17:18

¿Qué mueve al mundo? Para Bono, el cantante de la banda irlandesa de rock U2, esa palanca es «la música, porque puede cambiar a las personas».

Para la escritora y activista estadounidense Helen Keller, «lo que mueve al mundo no son los potentes brazos de los héroes, sino la suma de los pequeños empujones de cada trabajador honrado».

Pero para otros, muchos otros, lo que hace que la sociedad avance son los propósitos: los generales y los personales; los sociales, los económicos y los medioambientales; los particulares de cada uno de nosotros y también los de las empresas para las que trabajamos.

Pero, ¿y si unimos música, personas y propósito? ¿Qué obtenemos de esa suma?

A esta pregunta ha respondido la comunidad Líderes con propósito, la agrupación de empresas con propósito liderada por Vocento en la que, en la edición de 2024, participan Cepsa, Deloitte, Iberia, Ikea, Isdin, ISS, L'Oréal, Mapfre, McDonald's, Novartis, Salesfoce, Santander, Telefónica y Tendam.

En una jornada lúdica y musical guiada por el compositor Pedro Alfaro, director de Musical Thinkers, representantes de las empresas agrupadas en torno a Líderes con propósito trabajaron para componer la Sinfonía del Propósito: una pieza musical en seis movimientos que va a simbolizar todo lo que une a las empresas con propósito y los valores y objetivos que deben perseguir.

«La música tiene muchos elementos en común con el liderazgo y el propósito –ha explicado Pedro Alfaro al arrancar la sesión–. Cualquier organización que quiera hacer algo, que quiera transformar la sociedad, necesita de dos elementos: escucha y atrevimiento. Y esos son también los dos elementos más importantes en la música». Un equilibrio casi perfecto que lo mismo permite componer una sinfonía que captar las demandas sociales y atenderlas, como hacen las empresas con propósito.

Armados de todo tipo de instrumentos (desde guitarras a xilófonos, panderos o triángulos), y ayudados por Alfaro y tres músicos de Musical Thinkers y la Escuela Superior de Música Reina Sofía, los participantes en la sesión dedicaron toda la tarde a poner las bases para componer los seis movimientos de la Sinfonía del Propósito, que se va a estrenar en junio en la cena de gala del proyecto Líderes con propósito.

Pero los participantes no solo pusieron la música; también enfocaron los temas que debe tratar cada uno de los movimientos para que la obra musical responda, de verdad, al movimiento social, personal y medioambiental que pretende generar y activar a través del propósito.

El primer movimiento , la Obertura, es la llamada a la acción; la petición a todas las empresas para que se unan a esta comunidad del propósito. El segundo (Allegro diverso) trata de la formación de la comunidad, de los elementos y los valores que unen a todas las empresas que lo conforman. El tercero (Adagio contrastante) responde a los desafíos que deben asumir los miembros de la agrupación. El cuarto (Allegro Luminoso) habla del liderazgo con propósito; cómo habrá qué actuar para llevar adelante los objetivos marcados. El quinto (Maestoso contemplativo) se refiere al legado social, económico y medioambiental que las empresas de Líderes con propósito quieren dejar para el futuro, que es una sociedad libre, justa, igualitaria y más feliz. Y el movimiento final (Allegro con fuoco) es la llamada al resto de corporaciones a unirse a la acción, a luchar por un futuro compartido.

Y a juicio de las empresas participantes, ¿qué valores deben estar representados en la Sinfonía del Propósito?

Fabián Gradolph, de Salesforce, estima que, por encima de todos los demás, la confianza y la innovación.

Juan Francisco Lolago, de Novartis, apunta cuatro: transparencia, curiosidad, riesgo y colaboración.

Paz Sánchez, de Ikea, se queda con la igualdad, la diversidad y la sostenibilidad en su doble vertiente, personas y planeta, pero sobre todo con un término que utilizan mucho en su compañía 'togetherness', trabajar juntos para crear algo.

Cristina Vaquero, de L'Oréal, elige cuatro: responsabilidad, inclusividad, respeto y confianza.

Alfredo García-Almonacid, de Mapfre, cree que la Sinfonía del Propósito debe inspirar a las personas para tener un propósito y cambiar el mundo. Y debe estar apuntalada en cuatro valores: pasión, creatividad, solidaridad y diversidad.

Ferrán Miquel, de Isdin, cree que la Sinfonía del Propósito debería supurar, sobre todo, optimismo y positivismo.

Paloma Cabral, de McDonald's, destaca cuatro valores: ética, transparencia, veracidad y compromiso.

Cristina García Foguet, de Cepsa, se decanta por el trabajo en equipo, la armonía, la coherencia y el impacto emocional, personal y profesional.

Cristina Riera, de Tendam, señala dos valores que ella considera imprescindibles: inclusión y humildad.

Humildad también es un valor que destaca Ricard Casas, de ISS Facility Services, además de otros tres: autenticidad, coherencia y ejemplaridad.

Y Mariana Ramonell, de Vocento, apunta al compromiso, a la responsabilidad y, sobre todo, un valor compartido por todas las empresas agrupadas en torno a Líderes con Propósito, la humildad. Porque como ella misma dice entre risas: «Hemos hecho lo que hemos podido».

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