«Cuidar al empleado le incentiva a dar lo mejor de sí»

Alfredo Castelo. El proceso para construir el propósito de MAPFRE fue muy colaborativo. Preguntamos a clientes, a nuestros grupos de interés y a más de 7.000 empleados cómo veían la marca, y con sus respuestas definimos un propósito del que estamos orgullosos y con el que nos identificamos.

Eva Piera. Creo que le dimos la definición perfecta. «Cuidamos lo que te importa» refleja el ADN de MAPFRE y eso hace que el propósito sea auténtico y coherente para la empresa y los empleados. Porque es lo que hacemos cada día: trabajar para dar a los clientes lo que necesitan y anticiparnos a sus necesidades de mañana con un servicio excelente e innovador.

A.C. Para que todo sea coherente, hemos impulsado un programa de liderazgo en el que hemos involucrado a más de 5.000 líderes. Con ellos hemos trabajado en dinámicas para mejorar los comportamientos relacionados con una visión más estratégica y con el liderazgo de personas. Porque nuestros líderes deben poner a las personas en el centro, escucharlas e inculcarles nuestros valores.

E.P. Con esos programas, gracias al ejemplo y el comportamiento de los directivos, logramos activar el propósito en los empleados.

A.C. Cuando nuestro propósito habla de cuidar lo que importa también se refiere a los empleados. Ese cuidado hacia ellos consiste en dedicarles tiempo, escuchar sus ideas y reconocer su diversidad y las cosas bien hechas, además de factores clásicos como el sueldo o los beneficios relacionados con la salud, el bienestar, la flexibilidad horaria o la conciliación. El empleado es el que da la cara frente al cliente y queremos que sienta orgullo de pertenencia y que lo transmita. Eso, seguro, redundará para que MAPFRE siga creciendo y siendo reconocida como una empresa comprometida con sus empleados.

E.P. Hoy sabemos que el talento joven ya no se moviliza solo por las cuestiones económicas o los beneficios personales; ahora pide que las empresas tengamos un alto compromiso personal, social y medioambiental. Y aquí lo tenemos visualizado gracias a nuestro propósito.

A.C. Eso sirve para atraer talento joven y para convertir a los empleados en embajadores de la marca. Hay que cuidarlos dándoles formación y dedicándoles tiempo y recursos. Eso genera orgullo de pertenencia.

A.C. Ese orgullo hace que cada empleado, cada directivo, sea un embajador, porque ha alineado su propio propósito con el de la compañía.

E.P. El talento joven se asombra cuando conoce MAPFRE. Primero, porque somos una empresa presente en los cinco continentes y con negocio directo en más de 40 países. Y después, por nuestros valores: el cuidado de las personas y de la sociedad, el respeto medioambiental y nuestro trabajo para alcanzar una sociedad más sostenible y solidaria.

A.C. MAPFRE ofrece muchas oportunidades a sus empleados y eso lo transmitimos cuando queremos captar talento joven y con compromiso: en esta compañía puedes tener una larga carrera profesional, en España y en cualquier parte del mundo. El talento senior también es importantísimo y hacemos mucho por cuidarlo. Para que mantenga el sentimiento de orgullo y colaborativo, le asignamos proyectos específicos para que hagan de mentores de determinados colectivos y ayuden a finalizar proyectos relevantes. Y están siendo un éxito.

E.P. MAPFRE es una empresa con proyecto y con futuro, y siempre encuentra la forma de activar, aprovechar y potenciar la experiencia y las capacidades de ese talento senior. Y son proyectos interesantísimos para lograrlo.

A.C. Cuidar al empleado y dedicarle tiempo le incentiva para dar lo mejor de sí mismo; así está más motivado y se vuelca para conseguir que todo salga adelante.

E.P. Es parte de nuestra cultura. Cuando hay una crisis, todos los empleados se afanan en la tarea, sacan su camiseta roja de MAPFRE y demuestran un compromiso total con la compañía.

A.C. Y eso solo se consigue cuando el propósito es muy real. De no ser así, de no poder confirmar tu propósito con hechos, lo van a detectar los empleados y los consumidores, y puede resultar muy contraproducente y provocar que la marca pierda credibilidad y hasta desactivar la captación y fidelización de talento.

E.P. A una empresa que se esté planteando formular un propósito, la primera recomendación que le daría es que fuera auténtico y respondiese a su ADN. El propósito no es otra cosa que el por qué de la compañía, que va mucho más allá de ganar dinero, producir un bien u ofrecer un determinado servicio. Como la compañía se confunda, como invente, como no escuche a los empleados y a todos sus grupos de interés y como se lo tome como un simple ejercicio de márketing, el propósito no funcionará. Y creará, incluso, problemas reputacionales con tus empleados y con tus clientes que te van a lastrar en el largo plazo.

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