Los viveros intentan volver a florecer con la apertura de los huertos privados

El cambio de instrucciones, con la autorización para el mantenimiento y sembrado de huertos privados, dejó algunas incógnitas en el aire: «La gente no sabía los primeros días si podía acercarse a comprar plantas a los viveros, pero la Policía y la Guardia Civil fueron aclarando que sí, así que les aconsejamos venir y guardar el tickets de compra». Los viveros intentan recuperar poco a poco la actividad: «Hemos estado abiertos durante todo el estado de alarma, trabajando para agricultores profesionales, que en nuestro caso suponen el 50% del negocio». «Ahora -continúa- se ha animado la parte de la huerta, pero el mercado de las flores, que es muy importante sobre todo esta temporada, se ha perdido». De hecho, Vivaria tuvo que deshacerse de una partida por falta de compradores. Un problema que sufre todo el gremio.

Daniel Ruiz Navarro, de Viveros Arlequín, en Alberite, explica que «al principio la gente no tenía claro si podía venir a los viveros a por material para sus huertos». «Vamos con un poco de retraso -continúa-, porque la temporada en un año normal comienza en abril, pero las lluvias y el tiempo fresco nos ha ayudado un poco».

Arlequín cuenta también con plantas para huerta, pero insiste en que el problema son las flores: «Estamos trabajando en redes sociales, con repartos a domicilio, y un poco en los mercadillos de Álava, donde están autorizados, pero hemos perdido buena parte de la temporada». En este sentido, Félix Pastor, de Viveros Javier Pastor, en Albelda, que trabaja en exclusiva con las flores y plantas ornamentales, es concreto: «El 70% de nuestras ventas se produce en primavera y ya no llegamos». «Las plantas son perecederas y se han perdido muchas -continúa-, mientras que otras se van a perder; por ejemplo el Día de la Madre, que era muy bueno para nosotros, apenas si salieron con las floristerías cerradas».

La venta directa a domicilio, por teléfono y a través de redes sociales, ha sido la alternativa: «No compensa, pero lo intentamos...». Félix Pastor advierte también de prácticas no del todo lícitas: «Las grandes superficies no deberían poder vender flores» -aclara-, sino artículos de primera necesidad».