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El clúster alimentario del Valle del Ebro, FOOD+i, reunió hace unas semanas a sus socios y otros invitados en la bodega Finca Los Arandinos de Entrena para debatir los principales retos que afectan al sector e identificar nuevas oportunidades y estrategias en el ámbito de ... la alimentación.
El Clúster FOOD+i es una organización empresarial privada que promueve la colaboración entre entidades vinculadas al sector agroalimentario del Valle del Ebro, dotándolas de recursos para impulsar su innovación corporativa. Actualmente está formado por 115 miembros.
Juan Viejo es el Clúster Mánager y el hombre que verbaliza el propósito de esta 'unión': «El objetivo es explorar, conectar e innovar», señala, antes de detallar. «Explorar significa identificar nuevas oportunidades, y para ello participamos en jornadas, reuniones, etc... que a veces organizamos nosotros mismos».
El segundo objetivo es «conectar, que es ofrecer una dinámica para que las empresas puedan conocer. Estamos ante un reto compartido». Y en tercer lugar, «innovar es sinónimo de llevar a la práctica 17 proyectos de I+D+i aprobados, con un presupuesto total de 23,50 millones de euros a nivel nacional y europeo».
El clúster cobra una vigencia especial en un momento como el que actualmente se encuentra el sector: «Estamos en pleno proceso de cambio en torno a dos ejes la salud y la sostenibilidad. En unos casos esos cambios vienen dados por las demandas del mercado y en otros, por la modificación de las normativas», apunta Viejo, «ahora la alimentación es algo más que sabor, que lógicamente se mantiene como el principal vector de compra, pero surgen nuevos productos como, por ejemplo, los veganos. Además, la industria –por impulso del mercado– se decanta por modelos más sostenibles, con nuevos materiales para el packaging, con un mayor control en el consumo de agua...». Además, la digitalización también cobra –cada vez– mayor importancia porque «con más datos, más información», señala Juan Viejo.
En cualquier caso, el Clúster Manager considera que el sector tiene capacidad de adaptación a la nueva situación que se le presenta: «Lo ha demostrado en el covid. Yo percibo que la planificación estratégica es la capacidad de adaptación a estados cambiantes».
No obstante, Viejo también admite que el sector alimentario va a distintas velocidades y el gran reto que se le plantea en estos momentos es cómo generar valor añadido, y los cambios siempre suponen gasto. «La Rioja parte de que tiene productos de muy buena calidad, pero ahora tiene delante una nueva realidad que afrontar como, por ejemplo, el cambio de envases. En el reto del valor añadido, para generar capital hay que invertir».
Pero Juan Viejo subraya e insiste en que La Rioja, como parte del Valle del Ebro, se encuentra en una situación inmejorable para afrontar el futuro: «En general, es una zona que tiene agua, tiene agricultores profesionales que hacen un esfuerzo en la tecnificación de sus cultivos, hay también empresas transformadoras; además, la zona tiene un modelo de gestión propio, hay un relevo generacional y tiene capacidad de exportar».
Pese a todo ello, el clúster manager no es ajeno a que el sector primario «está atravesando una época especialmente compleja y convulsa. El precio de los insumos, la sequía en unas zonas y las inundaciones en otras...», explica; y lamenta que «a nivel social no se reconozca el valor de la producción y la transformación».
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