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La Rioja se encuentra inmersa en un ambicioso proyecto de modernización de la red de regadíos de la región o incluso diseñando algunos nuevos; o lo que es lo mismo, está actualmente poniendo las bases del futuro agrario de la comunidad autónoma.
La política de ... regadíos que ha puesto en marcha el ejecutivo regional trata, de una parte, de abordar la problemática que puede derivarse del cambio climático en la región, y de otra, garantizar la soberanía alimentaria de La Rioja. Para ello se ha apostado por unas inversiones que impulsen la agricultura haciéndola más competitiva, sostenible y eficiente tanto en el ámbito del agua como en el energético.
Para ello, La Rioja se apoya en diferentes fuentes de financiación como son los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, los fondos del Plan de Transformación de La Rioja, el Programa de Desarrollo Rural (que se ha extendido y alcanza ahora el periodo 2014-2023) o los convenios que se firman con la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa).
Precisamente, hace escasas fechas, Francisco Rodríguez Mulero –presidente de Seiasa– se desplazó a Logroño para firmar dos de estos convenios de financiación. Uno de ellos lo rubricó con la Comunidad de Regantes del Canal de la Margen Derecha del Najerilla de Uruñuela, y el otro con la Comunidad de Regantes del Sector 3º, Tramo III, del Canal de la Margen Izquierda del Najerilla.
Además, en su visita a La Rioja, el propio Rodríguez Mulero avanzó que en una segunda fase, se abordará actuaciones en la comunidad autónoma por valor de 24,5 millones de euros que incluyen nuevos convenios en Uruñuela y Zarratón.
El objetivo del acuerdo de financiación firmado ya es la ejecución de proyectos que permitan la optimización de los recursos energéticos e hídricos mediante el empleo de energías renovables y mejorando el uso y gestión del agua.
Esta es la base de todas las actuaciones que está llevando a cabo el Gobierno de La Rioja a lo largo y ancho de la geografía regional. Hace aproximadamente un mes, se inauguraba el regadío de La Llana que afecta a los municipios de Huércanos y Uruñuela y ahí, por ejemplo, se ha construido una captación en el canal de la margen derecha del Najerilla, se ha construido igualmente una balsa de regulación (con capacidad de 18.200 metros cúbicos)a pie del canal del río a la que se añade una balsa de almacenamiento (para 20.400 metros cúbicos) y la implementación de un sistema de telecontrol para que cada usuario, a través de un teléfono móvil o tablet, pueda llevar el control de sus riegos.
En el ámbito de la eficiencia hídrica, muchas de las actuaciones van orientadas al progresivo abandono del riego a manta e incluso por aspersión y sustituirlo por un riego por goteo que permita la optimización del uso del agua y ahí por ejemplo se sitúa el proyecto impulsado por la Comunidad de Regantes Cabezorroyo, por la que se va a desarrollar el regadío por goteo en Alfaro con el bombeo desde balsas de almacenamiento y procedente del canal de Lodosa.
Y es que, según las previsiones apuntan, el agua se va a convertir en un bien escaso en los próximos años y por ello, su óptima gestión se ha de convertir en una de las claves del futuro agrario riojano «y para la que ahora trabajamos», explica Nuria Bazo –directora general de Desarrollo Rural y Reto Demográfico– «sabiendo que sus resultados se verán dentro de varios años. Trabajamos a futuro».
En muchos casos, los ríos riojanos cuentan con la ventaja de que están regulados en sus cabeceras y por tanto, es más fácil garantizar el agua para los regadíos. En otros casos, como ocurre en el Linares, las actuaciones regionales van, precisamente, orientadas a ello. El proyecto de mejora y modernización de la red principal de la Comunidad de Regantes de Cornago está declarado de Interés Regional, aborda la construcción de un nuevo azud, de la conducción principal del regadío y dos balsas de almacenamiento, con ellos se pretende asegurar el agua necesaria para el manteniendo de esa zona de cultivo que resulta básica en la subsistencia económica de la zona.
Ese proyecto que está en fase de ejecución, se complementa también en Cornago, con otro que igualmente se está desarrollando ahora para la mejora y modernización de la red secundaria y terciaria de la Comunidad de Regantes, aquí se contempla la ejecución de la red de tuberías secundarias y terciarias a presión que parten de las balsas.
Una parte de la financiación de los proyectos de regadíos en los que La Rioja está inmersa, o lo va a estar próximamente, corresponde a los fondos europeos llegado a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España.
A La Rioja, por su peso económico y demográfico, le corresponden en términos generales el 0.7% en el reparto entre las comunidades autónomas; sin embargo, La Rioja ha sido capaz de ajustarse tanto a las exigencias europeas que ha conseguido que en una primera fase, le sean asignados a sus proyectos 11,024 millones de euros (un 3,4% de los 325 millones a repartir) pero esa cifra se elevará aún mucho más en una segunda fase, puesto que se prevé la recepción de 24,5 millones de euros de los 238 millones que se repartirán en todo el país, lo que supone que La Rioja recibirá el 10,33% de los fondos. Así, en total serán 35,62 millones los que llegarán a La Rioja procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, un 6,3% del total.
El Gobierno de La Rioja también va a acometer la mejora y modernización del regadío del Valle del Iregua para lo cual ya se ha dotado al proyecto de 828.763 euros destinados a la redacción del Plan Director que afectará a 10.500 hectáreas de la cuenta media-baja del río.
La actuación pasa, en primer lugar, por unificar las 10 comunidades de regantes existentes en la zona y a partir de ahí iniciar una primera fase que abordará el diseño, mejora y modernización de las tomas, las balsas... Hay que tener en cuenta que de los 133 kms de la red de canales principales, todavía son de tierra el 40%, y en la red secundaria de acequias (461 kms) la cifra se eleva al 74%.
El gobierno regional, que ha encargado el trabajo a Tragsa, quiere evitar que –como ocurre actualmente– tres de cada cuatro hectáreas del valle del Iregua se rieguen a manta y conseguir que si ahora sólo se puede considerar modernizada el 5% de la superficie de la zona, esa cifra se multiplique.
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