Integración

Estas anomalías se diluyen ya que no podemos frenar la corriente europea que, aunque muchos no quisieran, se cuela por las fronteras. En los últimos años las bodegas cooperativas se han pertrechado de autoanalizadores que, sobre la uva, y de miedo instantáneo, dan infinidad de parámetros analíticos. Entre ellos la composición nitrogenada de la uva que es fuerte en una gorda y bajo en uva pequeña. Esto ya nos orientaba hacia la fertilización desordenada, para aumentar la producción.

En 2004, cuando nos jubilamos, bastaba decir: «¡Uva gorda y hermosa, para vino, mala cosa!». De este aforismo contra rendimientos altos pasamos a la consideración geométrica 3/R que expresa ya lo malo de la uva gorda, como una cifra. Pero es que ahora estos aparatos, en las cooperativas, facilitan la consecución de hallarse siempre dentro del reglamento de la DOC Rioja relacionando rendimientos con los contenidos nitrogenados.

Antaño, cuando alguna cooperativa se ponía a revisar su viticultura nos teníamos que aguantar. Pero hoy, el enólogo puede con estos analizadores conocer uvas y su razón de cultivo y hacer investigación. Un gran avance.

Como no paramos de pensar, decíamos la semana anterior que la uva de cultivo vitícola convencional daba 209 semillas por cada 100 bayas, mientras la ecológica nos ha dado 150 en 100 bayas. Estos resultados nos dan una gran alegría pues ponen al viñedo ecológico y a nuestra «crianza en base a polimerización» en la línea de salida para la recuperación comercial de nuestro vino tinto.