«Siempre me ha gustado sembrar una semilla y luego recoger su fruto»

De un lado para otro con su tractor, Jesús del Pozo Martínez trabaja en torno a unas 100 hectáreas de terreno, entre las fincas familiares y las arrendadas, lo cual le supone tener que trasladarse a muchos pueblos, aunque fundamentalmente su labor la desarrolla en Villar de Torre, de donde es originario, y alrededores, aunque reside en Nájera.

A sus 37 años, lleva profesionalmente dedicado de pleno a la agricultura «desde hace seis años. Antes era mecánico, pero cuando se jubiló mi padre me decidí por la agricultura», pues reconoce que «siempre me ha gustado mucho, y he ayudado en la explotación familiar, los fines de semana, vacaciones, verano...».

Advierte que la agricultura «ha cambiado mucho desde que empecé ayudando en casa. Por ejemplo, aquí en Villar, antes se sembraba muchísima patata y ahora no se siembra nada», además de que, «estamos cambiando cultivos porque cada vez tenemos más problemas con los herbicidas, que te los cambian o prohiben, hay que cambiar los cultivos para hacer más rotación y controlar las malas hierbas. Antes era más sencillo», concluye, no sin antes recordar que «ahora también hay más burocracia».

Él tiene diversidad de cultivos, «tengo viña, remolacha, guisante verde, alubia verde, trigo, cebada, colza y este año voy a probar con girasol», lo cual no le permite casi ni un respiro, ya que cuando no es uno es otro el que requiere de su atención directa, «esto es muy esclavo, te tiene que gustar mucho, porque, si no, no te dedicas a ello».

Eso sí, afirma que lo que más le gusta de su oficio «es la libertad en cuanto a horarios, y la oficina en la que trabajo que tiene unas vistas magníficas», aunque reconoce que esa libertad, «a veces es una trampa, ya que sin darte cuenta estás trabajando más horas de las que debieras».

Aún así, dice que le gustaría jubilarse como agricultor, «porque a mí lo que siempre me ha gustado es sembrar una semilla y luego recoger su fruto».