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Frutas Martínez de Autol lleva veinte años apostando por un cultivo que no está generalizado en La Rioja, como es el higo y que ... ahora se encuentra en plena campaña de recolección.
«Poco a poco hemos ido mejorando el producto y ahora mismo estamos en un punto en el que se nota la evolución», comenta Rodrigo Martínez Miranda, uno de los responsables de la empresa. La temporada comienza a mediados de julio y dura hasta bien entrado el mes de noviembre. Es la media que se mantiene.
«El higo requiere mucha agua. Esto es sagrado. También una buena poda, por supuesto», añade el agricultor catón. Sus higueras están en el término de Calahorra, en el entorno de la Fuente Caricente, donde cuenta con unas veinte hectáreas. En Autol, a 600 metros de altitud, dispone de otras siete hectáreas, aproximadamente. Esta diferencia de altura se nota en la calidad, consistencia y tamaño.
A diferencia de otros productos agrícolas, el inconveniente del higo es la necesidad de un consumo inmediato. Cuando antes, mejor, al ser muy perecedero. Esto supone un aliciente para el usuario que come un alimento totalmente fresco. No se trata de una fruta, como puede parecer, sino de una flor invertida.
2.500 kilos
de higos por hectárea en 2022, según el servicio de estadística del Gobierno de La Rioja con una producción de 50 toneladas en la región que supera las 20 hectáreas.
Del árbol lo depositan directamente en cajas de poliespan de 2,2 kilos de capacidad, en una recolección manual con el correspondiente EPI, de lunes a sábado. El mismo día que lo recogen se envía al mercado en un camión por la mañana y otro por la tarde. El higo de Autol se distribuye sobre todo en Madrid y Bilbao y, en menor medida, en otros lugares del país como Barcelona y Oviedo. Al por menor suelen atender la demanda de algunas tiendas de la zona y Logroño, algo simbólico por el momento.
Frutas Martínez tiene como producto estrella la cereza. El higo, aunque complementario, le está robando cierto protagonismo desde hace unos años. «No es lo mismo una producción de grandes empresas que casos como el nuestro que casi llevas cada árbol con su nombre. Intentamos obtener la mayor calidad posible», afirma Rodrigo.
Sus higueras dan una primera cosecha en julio, de breva, más gruesa. Luego se produce una pequeña pausa hasta que llegan las flores de los higos. Los últimos salen en noviembre, más reducidos en lo referente al tamaño, pero mantienen el dulzor. Esta variedad se denomina 'cuello de dama' o 'gota de miel' y se caracteriza por su piel blanca y fina, textura suave y un sabor muy dulce, que atrae al consumidor.
«Las lluvias de los últimos días suponen un arma de doble filo. La higuera está espectacular, pero si llueve demasiado se puede estropear. Estos higos son totalmente ecológicos, no llevan tratamientos ni insecticidas ni fungicidas. Solo algo de abono natural», señala Rodrigo.
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