Otra crisis alimentaria, la de las plantas

El problema es doble y complejo, porque lo que beneficia a la industria, a corto plazo no es tan interesante para el agro. Para poder bajar los precios de este input a los agricultores, habría que levantar las medidas antidumping aplicadas en frontera para la entrada de fertilizantes de Estados terceros. Esta medida afectaría seriamente a la industria europea, a la española en particular, que le haría perder competitividad y generaría una gran dependencia exterior, que a la larga podría ser perjudicial. Por el momento, la Comisión Europea ha decidido mantenerlas.

En todo caso, para poder llegar a solucionar esta otra crisis alimentaria, la de las plantas, y para poder alcanzar la soberanía europea en este campo, es necesario buscar nuevos países abastecedores de materias primas. Pero no solo eso, también hay que avanzar en la búsqueda de fuentes alternativas, y para ello la innovación es esencial. Para este objetivo las renovables son una alternativa necesaria, sobre todo para evitar la dependencia del gas natural. Algunas de ellas, provenientes del mismo sector ganadero; por ejemplo, la generación de biogás a partir de residuos animales, como son los purines del porcino o las propias deyecciones. Otra línea, avanzar en la adecuada combinación de los fertilizantes orgánicos y los inorgánicos. Al final, la mejor baza la tiene el sector, pero requiere del apoyo de las administraciones, aunque sea coyuntural. Bruselas ya se ha comprometido.