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César García, agricultor (Ochánduri)
«Traspasé el restaurante, me compré un tractor y no me arrepiento»

«Traspasé el restaurante, me compré un tractor y no me arrepiento»

César García | Agricultor (ochánduri) ·

Javier Albo

Santo Domingo

Domingo, 15 de mayo 2022, 02:00

Yo fui cocinero antes que fraile», dice César García Gómez. Bromea, aunque su frase lleva un 50% de verdad: fue cocinero. Estudió Hostelería y Turismo, corregentaba su propio restaurante y, un día, entre los años 2007/2008, decidió darle un vuelco a su vida no para tomar los hábitos, sino para dedicarse a la agricultura. «La hostelería no me dejaba tiempo ni para estar con mis hijas», explica de aquella decisión, de la que no se arrepiente. Para nada.

«Traspasé el restaurante y me compré un tractor», recuerda de aquel giro radical, que le obligó a empezar prácticamente de cero, a formarse, reinventarse... El único nexo entre las dos profesiones era la alimentación. «Yo trabajaba con la comida. De alguna forma la transformaba cuando llegaba a mis manos y, ahora, lo que hago es fabricarla desde el principio», manifiesta.

Lo hace, además, de forma ecológica. «Eso sí que lo tenía muy claro, porque estamos comiendo productos nocivos para la salud», afirma. Su elección se enmarca, también, en su deseo de «dejar un mundo mejor», algo que pasa, a su juicio, «por respetar más la naturaleza, porque nos hemos olvidado de ella en los últimos años», lamenta.

Le gustaba la naturaleza, el campo y, lo dicho, quería otra vida. Unas tierras de su suegro facilitaron el cambio. «Para subsistir en la agricultura hay dos caminos: o te masificas y te haces un agricultor muy grande, con una gran extensión de tierra y mucha inversión, o te especializas en hacer algo diferente, que es el camino que yo tomé», explica de su opción por la ecología, que incluye cereales extensivos, viña y olivos.

Sobre estos últimos dice que se encuentran «en un sitio límite para el cultivo, lo que significa que las producciones son más pequeñas, en cantidad, pero en calidad son excelentes». Desde hace algún tiempo comercializa el aceite 'Supremo de Ochánduri', municipio en el que se encuentra el grueso de su plantación de olivos.

De su aceite dice orgulloso que «está elaborado con redondilla de La Rioja, variedad endémica de esta tierra, muy minoritaria, que poco a poco va cogiendo fuerza, porque la gente se va dando cuenta de que da un aceite muy diferente, excelente, que aguanta muchísimo en la botella por sus condiciones organolépticas».

Llegar hasta aquí no fue nada fácil. Sus inicios estuvieron llenos de problemas. «Y los sigo teniendo, todos los días», dice con resignada sonrisa. Pero echa la vista atrás y se reafirma. «Estoy muy satisfecho de aquella decisión que tomé», asegura. «Aún con los problemas que todo el mundo arrastra en su trabajo, te levantas por la mañana, estás en la naturaleza, con la tranquilidad... Hay épocas de mucho trabajo pero también hay otras que te dejan más libertad», resume. No fue vocacional, pero está enamorado de su trabajo.

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