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La incidencia es desigual según zonas de La Rioja, pero la cosecha total no llegará a los kilos de un año 'normal'. J. RODRÍGUEZ
Cereal. La lluvia llegó demasiado tarde

Cereal. La lluvia llegó demasiado tarde

Sequía ·

Los cerealistas lamentan que parte de los cultivos de herbáceos –los de brote más temprano– no se recuperarán ya pese a la elevada pluviosidad del pasado mes de mayo, por lo que la cosecha (a nivel general) no podrá calificarse cuantitativamente como buena

César Álvarez

Logroño

Martes, 4 de junio 2024, 18:51

El pasado mes de mayo se cerró con uno de los datos pluviométricos más positivos de los últimos años. Tanto es así que después de unas semanas de intensas y constantes precipitaciones los pantanos riojanos están prácticamente llenos y parece garantizado un plácido verano, sin sobresaltos por la falta de riego para frutas y verduras.

Sin embargo, y haciendo bueno el refrán 'Nunca llueve a gusto de todos', no todos los agricultores riojanos tienen motivos para sonreír. Ha habido zonas en las que el cereal más temprano ha sufrido mucho porque prácticamente había consumido dos tercios de su ciclo vegetativo antes de recibir el agua y la planta se encontraba prácticamente muerta o sin capacidad para resurgir.

Óscar Salazar, cerealista de Foncea además de presidente de UAGR-COAG, admite que la valoración es desigual «por la consulta que hemos ido haciendo a través de whatsapp a nuestros afiliados», pero también señala que «va a haber zonas en las que la cosecha va a ser incluso menor que la del año pasado», y además, apunta a otro peligro añadido: «Como la tierra estaba desnuda, ahora con las lluvias lo que está brotando son malas hierbas».

Salazar también admite, por contra, que habrá zonas en la que se va a recoger una cosecha «mediana. No va a ser, ni mucho menos, como una cosecha de las que considerábamos normales, pero los cereales más tardíos sí que es cierto que van a poder aprovechar el agua caída durante el pasado mes de mayo», en cualquier caso, Salazar recuerda que «este va a ser el tercer año malo para el cereal. En muchos casos, el tercero consecutivo con pérdidas y eso es insostenible». El presidente de La Unión detalla: «Hacen falta entre 1.000 y 1.300 euros para sembrar una hectárea, y después tres años perdiendo no hay dinero para volver a sembrar... así se hace inviable la supervivencia de los herbáceos, y somos actualmente el mayor cultivo de la región. Tenemos el seguro agrario, pero lo que te da no llega para pagar los costes de producción». Salazar denuncia que «el año pasado, pese al poco trigo que había, bajaron los precios un 30% porque se inundaron los puertos de trigo de Ucrania para ayudarle en la guerra, pero ¿a qué precio? A costa del agricultor nacional», lamenta.

En términos similares se expresa José Luis Maeztu, agricultor cerealista de Alesanco afiliado a Asaja. «Hay sitios en los que el agua ha llegado tarde, algunas espigas ya estaban secas para cuando apareció la lluvia, y luego dentro de las explotaciones grandes se pueden encontrar incluso corros diferentes».

En algunas zonas, las espigas estaban ya muertas por la falta de agua para cuando llegaron las lluvias

Maeztu incluso apunta a que «hay espigas que se echaron a perder porque tenían las cabeza en leche cuando llegaron las últimas heladas, e incluso hay parcelas a las que castigó la piedra...», por lo que no describe un panorama muy optimista, aunque sí reconoce que «hay cereales como la cebada que aguantan mejor la sequía y puede, aunque depende de lo que pase en las próximas semanas, que tengan una cosecha mejor que la del año pasado. El resto, yo creo que también va a ser un poco mejor que la del año pasado, que fue desastrosa, pero que nadie crea que va a ser mucho mejor».

Ahora, tanto Óscar Salazar como José Luis Maeztu piden, para tratar de que –al menos– la situación no empeore «que las temperaturas sean agradables, (que no superen los 30 grados) pero sin llegar a tener un calor sofocante y con amaneceres y noches más o menos fresquitas. Eso permitirá que se pueda ir aprovechando la humedad poco a poco» y que el cereal que no se ha perdido en la primera parte de su ciclo vegetativo continúe su evolución sin más alteraciones, y el grano se llene y coja peso.

Algunas espigas recibieron el agua cuando ya estaba avanzado su desarrollo, pero otras sí la aprovecharon. J. R.

La Mesa de la sequía para dar oxígeno a los agricultores

Las organizaciones agrarias han solicitado al Gobierno regional que convoque la Mesa de la Sequía y acuda a ella con verdadera intención de aportar soluciones.

José Luis Maeztu reconoce que hay que poner orden en esta situación y buscar soluciones «porque la situación no es nada buena». Más contundente se muestra Óscar Salazar, «después de tres años en pérdidas la situación es ya insostenible».

Salazar agradece la interlocución del Gobierno de La Rioja a través de la Consejería de Agricultura, «nos reunimos todos los meses, pero no aporta ninguna solución. En Aragón, el gobierno autonómico ya ha puesto dinero, el año pasado Castilla-León implementó un 25% la aportación de agroseguro... el ministerio también ha reunido a las Organizaciones Profesionales Agrarias. Diálogo hay, pero...».

Y al margen de las ayudas económicas («que se deben dar a los agricultores profesionales»), Salazar apunta como otra solución para controlar una situación descontrolada «la intervención en los mercados. No se puede permitir que los herbáceos, que son básicos para la alimentación, estén cotizando en un mercado desregulado y que está en manos de la especulación. El precio del cereal solo aumenta cuando este ya no está en manos de los agricultores, y tampoco se puede permitir que lleguen barcos de cereal, sin aranceles, como el año pasado ocurrió con el de Ucrania porque al final, la guerra la estamos pagando nosotros».

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