Jacob Strier, enviado especial de la comunidad judía, observa con detalle el brandy kosher recién destilado en la alcoholera de Cenicero. J. R.

El 'brandy sagrado' destilado en Cenicero que se beberá en Nueva York y Tel Aviv

Un representante de la comunidad judía acude a la localidad riojana para supervisar el proceso de elaboración de esta exclusiva bebida

Martes, 18 de junio 2024, 20:10

Según rigen las sagradas escrituras judías, las viandas originarias de tierra santa, como el trigo, las olivas o las uvas, y sus derivados, solo pueden ser manipuladas por los creyentes. Se evita así la contaminación de manos 'impuras', conservándose el espíritu sacrílego. Es lo ... que se denomina alimentación kosher.

Publicidad

Esta creencia la sigue a rajatabla la comunidad judía más ortodoxa. Especialmente en lugares como Nueva York y, obviamente, Israel. Aun desde enclaves tan lejanos, los seguidores kosher guardan especial favoritismo por la gastronomía española. «Ni te imaginas la cantidad de comida que importan desde aquí, por poner un ejemplo curioso, las tortas de aceite de Inés Rosales», relata Jacob Strier, ayudante de rabino en la agrupación Jabad de Barcelona.

Este martes, Strier, en representación de los judíos de todo el mundo, se ha desplazado desde la ciudad condal a la alcoholera de Cenicero para supervisar la técnica de elaboración del brandy kosher. «Según las escrituras, nadie puede ser partícipe de la destilación, salvo yo», explica.

2.000 litros de brandy kosher

serán elaborados en esta añada, sobre todo para exportación.

«Especialmente con esta bebida, el proceso es más estricto, porque más tarde se usará no solo para beber, también para ceremonias», detalla este judío ortodoxo. El proceso arranca con la llegada de un camión de vino de Rioja. Posteriormente, los operarios de la alcoholera le indican qué botones debe tocar y qué palancas accionar. Cuando el líquido final sale por la tubería, Strier incluso lo pasa a unas barricas especiales construidas por la comunidad judía. El trabajo, al estar realizado por una sola persona, se alarga durante horas.

«Esto cansa, pero nuestras creencias dicen que no puede haber ni una sola contaminación; el vino para destilar también lo hemos elaborado nosotros, el transporte, el embotellado... todo», sentencia Strier. La colaboración con la alcoholera de Cenicero nació hace más de diez años. Desde entonces, miles de barricas de brandy kosher, que se precintan y almacenan aparte, han pasado por ella. «Estamos muy agradecidos de que nos eligieran a nosotros», afirma la directora de la planta cenicerense.

Publicidad

De la cisterna de 14.000 litros de vino que entraron el martes a la alcoholera, pasados los años quedarán únicamente unos 2.000 de brandy, que serán exportados en su mayoría a terceros países. «En España la población judía es muy escasa, apenas llega a 5.000 familias, así que la mayoría de alimentos kosher que producimos aquí acaban en otros lugares», asegura Strier.

Este judío, de raíces sefardís, aprovecha la paradoja para poner el foco en el problema. «Somos tan pocos en España que, para adquirir comida kosher, aunque sea de aquí, no la encontramos en el mercado», lamenta. Sea como fuere, nada le quitará el privilegio de ser el encargado del brandy que luego catarán miles de sus correligionarios. «Es un enorme orgullo», finaliza Strier.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad