ARAG-ASAJA plantea medidas que salven la rentabilidad de los viticultores riojanos

Una situación que para Fonseca, además, pone en evidencia la posición de debilidad que tiene el viticultor en la cadena de valor, pese a las últimas modificaciones de la Ley de la Cadena Alimentaria, «ya que no es justo que cuando las cosas vayan bien ganen bastante menos y que cuando vayan mal sean los que más pierdan después de haber salvado una campaña dificilísima con uvas de gran calidad». En este contexto, y pese a que el sector sigue dependiendo del control de la pandemia, y de otras tensiones en el comercio internacional como el 'brexit', o los aranceles de EEUU, ARAG-ASAJA ha decidido plantear medidas que permitan salvar la rentabilidad de los viticultores.

En primer lugar, la asociación ha pedido un presupuesto extraordinario para «aumentar la efectividad de las medidas del Programa de Apoyo al Sector del Vino (PASVE) ante la dimensión de la crisis del COVID-19». Asimismo, ha solicitado un cambio en la distribución económica de dichas ayudas con el objetivo de que las medidas de almacenamiento privado y cosecha en verde estén mejor dotadas económicamente.

Y en tercer lugar, ha solicitado que, dado que la crisis del sector es una consecuencia directa del cierre forzoso de la hostelería y la ralentización de su actividad, «los fondos del PASVE vayan dirigidos a las zonas productoras de vino de calidad, de forma que las medidas puedan aplicarse a las bodegas y viticultores que producen en estas zonas». De lo contrario, ha subrayado, «las ayudas seguirán sin responder a las necesidades de Rioja».