Comer sano, vivir sostenible

Aunque los compromisos deben transformarse en legislación comunitaria, el Parlamento Europeo parece decidido a trabajar en un sistema alimentario sostenible. Estas intenciones encajan con los objetivos de la neutralidad climática (2050) y ayudarían mucho también en la Estrategia de Biodiversidad 2030. Comer para preservar nuestra salud, pero también la del planeta que nos da cobijo.

'De la granja a la mesa' ('Farm-to-fork') es un programa que busca la sostenibilidad alimentaria en toda la UE. Alrededor de esta idea, revolotean grandes objetivos transversales, como la protección del medio ambiente, la provisión de alimentos saludables y la garantía del medio de vida de los agricultores. Esta estrategia, que fue presentada el 20 de mayo de 2020, proporciona el marco para la revisión de la actual legislación sobre pesticidas, bienestar animal, desperdicio de alimentos y fraude alimentario en su etiquetado. Así, complementará la legislación vigente de la UE y creará un marco integral para toda la cadena de suministro de alimentos.

Todas las propuestas serán negociadas y aprobadas por el Consejo y el Parlamento en base a algunos objetivos clave de la estrategia para el año 2030, como es la reducción —50%— en el uso y en el consecuente riesgo que entrañan los pesticidas, en el uso de fertilizantes —al menos, un 20— y en las ventas de antimicrobianos utilizados para animales de granja y acuicultura (50 %). Además, el desafío comunitario es que el 25% de la tierra agrícola sea destinada a cultivo ecológico al final de esta recién iniciada década.

'De la Granja a la Mesa' es uno de los proyectos clave enmarcados en el Pacto Verde Europeo para contribuir en ese logro global que es la neutralidad climática. «En 2017, una de cada cinco muertes en la Unión Europea se atribuyó a dietas poco saludables, lo que apunta a la oportunidad económica implícita en la forma en que consumimos», manifiesta el europarlamentario riojano César Luena.

«'De la Granja a la Mesa' es un desafío para el sector, porque deberá cumplir objetivos como la reducción del 20% en el uso de fertilizantes o el 50% en el uso de pesticidas químicos. No puedo enfatizar lo suficiente en la necesidad existente de que las instituciones ayuden en todo lo posible a hacer esta transición lo más fácil y justa posible para todos los trabajadores involucrados en el sector», añade.

Según las previsiones comunitarias, un sistema alimentario más sostenible generaría nuevas oportunidades de negocio, amén de una convivencia respetuosacon el entorno natural y la inevitable reducción de nuestra 'huella'. Los objetivos de la futura Política Agraria Común (PAC) —modernización agrícola mediantes prácticas más sostenibles— también están estrechamente relacionados con esta iniciativa.

El sector agroalimentario puede desempeñar «un papel importante» en la creación de un entorno alimentario que facilite la elección más recomendable. «El cambio hacia dietas más saludables va de la mano con la reducción del impacto ambiental de nuestro sistema alimentario. Por ejemplo, como parte del Pacto Verde Europeo, y como medida para garantizar el apoyo del sector durante la transición, la Comisión prevé asignar un presupuesto específico de 40 millones de euros a la agricultura ecológica en el marco de la política de promoción agroalimentaria», incide Luena.

Además, la Unión Europea «está comprometida con una inversión de 10 mil millones de euros en el marco del programa Horizonte Europa de investigación e innovación relacionada con la alimentación, la bioeconomía, la agricultura, la pesca o el medio ambiente», adelanta el político socialista.