Roban unas 3.000 gafas en Ramón Óptica por el sistema del butrón

«Se han llevado todo lo que han podido; han dejado la tienda vacía», lamentaba durante la mañana de ayer Ramón Madorrán en su conocida óptica de San Antón, víctima unas horas antes de un importante robo por el sistema del butrón.

Tras acceder al comercio por un hueco abierto en el cuarto de contadores del portal vecino (San Antón 2, 1ª bis), los ladrones lo desvalijaron y sacaron su botín en bolsas de basura. «Aún estamos haciendo inventario -comentaba Madorrán ayer-, pero calculamos que se han podido llevar entre 2.500 y 3.000 gafas de sol y graduadas, todas de alta gama, y prismáticos».

Fueron al menos dos los hombres que entraron en la óptica entre la noche del viernes y la madrugada del sábado -según recogen las cámaras de seguridad- y, a juzgar por su complexión y atuendo, se trataría de personas jóvenes.

«Iban tapados hasta la nariz con capuchas y mascarillas, sólo se les veían los ojos, y llevaban guantes de estilo jardinero», señaló el propietario. Ramón Madorrán apuntó la sospecha de que contaban con más gente de apoyo al otro lado del butrón, un hueco angosto a ras de suelo.

La voz de alarma la dio la mujer de la limpieza. Ayer acudió a la óptica a las 7 de la mañana, como todos los días, y tras abrir la verja e ir a desconectar la alarma se percató del desorden.

«Han ido directamente al grano, incluso a por las bolsas de basura (en las que se llevaron el botín), que están en el cuarto donde se cambia el personal, y las llaves para abrir las vitrinas de las gafas de sol», relató el responsable de la céntrica óptica logroñesa, convencido de que los ladrones conocían el local.

Además de gafas y prismáticos, «nos han quitado mil y pico euros de la caja; han movido ordenadores, roto cables, han ido directamente a la caja fuerte y la han destartalado toda pero no la han podido abrir, aunque no había más que la recaudación del viernes». Y continuó: «Nos han movido todo el material de gabinetes de graduar, y menos mal que no se han llevado las máquinas». Del piso superior tampoco echaron nada en falta.

Nadie escuchó ruidos

Los ladrones abrieron un boquete de unos 40 centímetros de altura por un metro de ancho en el cuarto de contadores contiguo, desde donde accedieron a la tienda. Ningún vecino escuchó ruidos y, desde el exterior, nada hacía adivinar lo que ocurría dentro ya que las verjas estaban echadas. Tampoco sonó la alarma. «Según la central de alarmas -indicó Ramón Madorrán-, llevan inhibidores, y lo que han hecho es desactivar la alarma y luego han roto la centralita». Durante el día de ayer, un letrero en el escaparate de Ramón Óptica advertía: «Cerrado por robo». Mañana confían en abrir al público con género procedente de sus tiendas de Calahorra y Pamplona. Como dice Madorrán, «es la primera vez que nos roban, pero la cuantía ha sido sustancial».