Bajo la épica de las Cruzadas

Siglo XII. Las Cruzadas. El joven Balian trabaja como esforzado herrero en un pueblecito remoto de Francia, donde vive torturado por las recientes muertes de su esposa y su hijo. Ha perdido a su familia e, incluso, su fe. Todo va a cambiar cuando un grupo de cruzados llegue al villorrio, entre los que se encuentra el barón Godofredo de Ibelin. El caballero ha viajado desde Jerusalén para reconocer a Balian como su legítimo hijo y nombrarle sucesor. Sin embargo, al herrero no le seduce la idea de viajar a Tierra Santa y prefiere seguir su tranquila y atormentada existencia. Pero su destino está escrito de antemano.

Entretenida película de Ridley Scott, un director capaz de crear obras maestras Blade Runner, Alien, el octavo pasajero o Thelma y Louise o filmes de calidad y entretenimiento como Gladiator, Robin Hood o Black Rain. La falta de rigor histórico en alguna de las tramas y personajes está compensada por la épica, la puesta en escena y algunas excelentes interpretaciones.

De hecho, el cineasta británico se rodeó de un sólido elenco actoral en el que, encabezado por Orlando Bloom como reclamo, destacan Jeremy Irons, Liam Neeson, Eva Green, Brendan Gleeson o Edward Norton.

Aunque la mayor parte del rodaje fue realizado en Marruecos, donde Scott ya había grabado con anterioridad Black Hawk derribado y Gladiator, España jugó un papel fundamental en los escenarios elegidos. Los exteriores de la primera parte de El reino de los cielos tienen el remozado castillo de Loarre, en Huesca, como telón de fondo, aunque también aparecen Córdoba, Ávila y Sevilla.