"No soy un pintor mago; las ilusiones ópticas que construyo son simples divertimentos», Chirri

Antes que nada, hay que ver el cuadro: Vista de una ciudad, una copia en 4D del original atribuido a Girolamo de la Cotignola perteneciente a la Pinacoteca Nacional de Ferrara. El autor es el pintor riojano José Antonio Martínez Porras El Chirri, especialista en obras con efectos ópticos que alteran su percepción dependiendo del punto de vista del espectador y, por tanto, que parecen adquirir movimiento al moverse quien lo observa. Por este motivo explica el artista da la impresión de que te mueves por las calles de esa ciudad. El curioso cuadro puede verse en el restaurante La Galería (calle Saturnino Ulargui, de Logroño) junto a seis fotografías 4D.

Actualmente asentado en Madrid, Martínez Porras nació en Alberite en 1959 y desde muy pronto destacó en el dibujo. Tras obtener algunos premios el artista local Emilio García Moreda le animó a iniciarse en la pintura y él mismo supervisó sus trabajos haciendo hincapié en la libertad de estilo. Tras experimentar con diferentes materiales, eligió finalmente la técnica al óleo y se decantó muy pronto por los espacios imposibles, los engaños ópticos y el surrealismo.

En sus cuadros, los objetos representados, tales como estancias y edificios, cambian su posición espacial ante la contemplación dinámica del observador, produciendo una perturbación que trastoca o disloca la percepción visual. Sus engaños ópticos están deliberadamente calculados y obedecen a una intencionalidad clara y personal. «Pero no soy un pintor mago matiza El Chirri ; las ilusiones ópticas que construyo son simples divertimentos».

En todo caso, sigue manteniendo esa libertad que aprendió en sus comienzos y nada le importan las modas al uso ni se deja llevar por las corrientes. «Reivindico la necesidad de contar algo proclama. Posiblemente ese algo no se entienda, no importa: Yo no he venido a resolver misterios, sino a plantearlos. Tampoco me gusta afirmar, prefiero sugerir».