La Glorieta del Doctor Zubía es vista por los logroñes como un lugar incómodo y desolado

Adoquines incómodos, sueltos, que resvalan, que manchan cuando llueve, suciedad, mal olor, indigentes, peleas... Los vecinos de la Glorieta del Doctor Zubía ya no pueden más. Desde hace ya muchos años esta zona ha ido en continuo deterioro y las razones, según argumentan quienes más conocen el lugar, son muchas.

Algunos lo achacan al empedrado: "Desde que lo pusieron la gente dejó de pasar por aquí porque se tropiezan y resbalan, y se ha vaciado de vecinos y eso ha hecho que se llene de gente sin hogar que duerme aquí, se lava en la fuente, hace sus necesidades... viven aquí".

Otros aseguran que el motivo es la cercanía del Casco Antiguo logroñés: "Los indigentes tienen la cocina económica cerca, tienen bancos que siempre están vacíos y nadie les dice que este no es un lugar en el que estar ¿Qué más quieren?.

El caso es que desde hace ya muchos años, este céntrico parque, lleno de árboles, con un instituto, sol y plagado de bancos no es el lugar ideal de paseo y lectura de periódico que debería ser. Se ha convertido en un espacio sin ambiente, oscuro y desolado que los viandantes evitan.