Balonmano

Las lágrimas del 11

El riojano Arturo Martínez debutó por fin con el Naturhouse en partido oficial, y lo hizo en el mejor momento: en la mágica noche europea

P.A.

Martes, 24 de noviembre 2009, 01:40

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Arturo Martínez lloró en el vestuario. Un poco, al menos, y eran lágrimas buenas. De alegría, porque había podido cumplir eso que tan difícil es de conseguir. A sus 19 años, el 11 del Naturhouse debutó por fin con su equipo.

«Fue un sueño», dice Arturo. No es una frase original, pero parece bastante sincera. Porque el joven riojano (nacido en Venezuela de padre español y madre uruguaya, aunque en Logroño desde los seis años) ha sudado mucho este año, y ha viajado mucho, hasta que por fin ha podido conseguir ponerse la camiseta en un partido oficial.

«Yo ya sé que si no estamos ganando por mucho no voy a jugar», reconoce el joven jugador. O quizá perdiendo por mucho, pero eso es algo que mejor no recordar. «Pero intento aportar todo lo que puedo de trabajo y de apoyo a los demás».

Aunque eso suponga, en ocasiones, una cierta desilusión. «No es que sea frustración», asegura. «Pero a veces es difícil viajar mucho y quedarse después en el banquillo». Sin embargo, parece tener claro que «no juegas, pero apoyas a los demás, que creo que también ayuda».

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Ayer, al fin, llegó su hora. Fueron un par de minutos, pero qué minutos. Con 3.000 almas que amenazaban con reventar a gritos las costuras del Palacio, en el primer partido europeo que se jugaba en La Rioja. Jota llamó al número 11, que apenas pudo estirar un par de minutos antes de entrar para sustituir a Javier Parra.

La ovación

Arturo entró, y hubo conmoción. «Oí la ovación al salir. Vi mucha gente aplaudiendo, algunos puestos en pie... Eso es algo que nunca voy a olvidar».

La fiesta pudo haber sido completa, porque a punto estuvo de redondearla con un gol. A falta de apenas cuatro segundos, la defensa robó una bola: Arturo salió como un rayo, pero apenas tuvo tiempo para soltar el balón desde casi medio campo, antes de que sonara la bocina. Superó al portero, pero la bola se fue rozando el poste. «Me faltó esto», lamenta, y abre las manos apenas diez centímetros. «Pero será la próxima vez. Tengo muchísimas ganas».

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Arturo sigue jugado con el filial, el Logroño 2008. Y espera su oportunidad. Ya llegará.

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