J. CAMPOS
Domingo, 22 de noviembre 2009, 11:23
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Detrás de cada caso, una familia... Detrás de cada medida judicial, un drama... «Cuando me enteré de su ingreso me vi en una espiral que no sabía hacia dónde me dirigía ni cómo podría salir de ella. Las cosas de los hijos duelen mucho y cuando uno se tuerce sufres mucho más», explica Pilar. «Pero lo importante cuando lo ves todo oscuro es darse cuenta de que al día siguiente vuelve a salir el sol y hay que seguir luchando», continúa Begoña.
Ambas, dando ejemplo de entereza y tesón, dan la cara por los 16 familiares de menores infractores que, atendidos en el centro 'Virgen de Valvanera', desde abril del 2008 se han dado una nueva oportunidad con el proyecto Senda, una iniciativa de la Fundación Diagrama (gestora del citado centro de internamiento) que ha servido como punto de encuentro y foro de participación en el que poner en común las preocupaciones y dar posibles soluciones para continuar con la labor de integración una vez que los suyos salgan del mismo.
«El proyecto Senda de participación familiar realiza encuentros en los cuales asisten madres, padres y familiares que están motivados por encontrar soluciones a los problemas más comunes que se les plantean en relación a la convivencia con sus hijos adolescentes», explica la psicóloga responsable del mismo, Beatriz Jiménez. Además, se da la circunstancia de que la característica común que une a estas familias es que sus hijos se encuentran cumpliendo una medida judicial o ya la han cumplido en el pasado, lo que supone muchas veces compartir patrones de conducta o temáticas de preocupación similares.
¿Ayuda el saber que hay otros en situación similar? «Sí, lo que más», responde sin apenas pensárselo Pilar, cuya hija, de 16 años, permaneció interna cuatro meses por «problemas de adolescencia». «Todos llegamos pensando que el problema solo lo tenemos nosotros, que al vecino del cuarto no le pasa... Sin embargo, cuando llegas aquí conoces a gente que está pasando por lo mismo y, qué duda cabe, ayuda el saber que alguien te escucha y te comprende pues también lo sufre», añade más reposada Begoña, con un sobrino de la misma edad actualmente en libertad vigilada.
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Según datos de la Consejería de Administraciones Públicas, un total de 54 menores infractores, de 14 a 18 años, han sido atendidos en lo que va de año en el 'Virgen de Valvanera' de Logroño, centro del Gobierno de La Rioja en el que se ejecutan los internamientos en régimen abierto y semiabierto, de fin de semana y de libertad vigilada decretados por los tribunales. «No estamos solos... Que nadie piense que somos los únicos», lanzan ambas mujeres un mensaje de optimismo.
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