Jaime y Raúl, durante el entrenamiento del Ciudad Real. /J. RODRÍGUEZ
Balonmano

En familia

Gurutz Aguinagalde y Jaime González viven el partido de una manera diferente debido a la visita de sus hermanos

SERGIO MARTÍNEZ

Sábado, 24 de octubre 2009, 02:52

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La visita del Ciudad Real a Logroño siempre es algo especial. Una vez al año, la afición riojana tiene la ocasión de ver en acción al mejor equipo del mundo. Pero hay dos personas que esperan con mayor ilusión la llegada, otra temporada más, de los manchegos. La familia visita Logroño. Gurutz Aguinagalde y Jaime González, reciben a sus hermanos.

El portero vasco observa desde la distancia como Julen, el Aguinagalde del Ciudad Real, triunfa en su primer año en el equipo manchego. «En su sistema el pivote es una pieza muy importante, y hasta ahora lo está haciendo francamente bien», comenta Gurutz sobre su hermano. Desde que sus caminos se separaron hace cinco años, cuando el portero del Naturhouse dejó el Bidasoa irundarra, han sido muchas las ocasiones en las que se han visto las caras, aunque el portero reconoce que «sigue siendo diferente, con sus pequeños piques y esas cosas».

Tras el entrenamiento vespertino del Ciudad Real, Gurutz y Julen coincidieron a la salida del Palacio de los Deportes, un rápido encuentro que continuaría de forma más pausada por la noche en casa del portero del Naturhouse.

Fuera de la pista

Los hermanos Aguinagalde se verán en la pista, pero fuera de ella estarán los González. Jaime, gerente del Naturhouse, y Raúl, segundo entrenador del Ciudad Real, también vivirán un partido con más alicientes. Juntos en Valladolid, dejaron la capital pucelana para seguir rumbos diferentes. «El primer año fue muy especial, aunque ahora ya nos hemos acostumbrado» afirma Jaime González.

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El gerente también reconoce que estos partidos se viven de una forma diferente porque «si ganas les puede complicar la Liga». Y es que sabe que su hermano se juega mucho de la mano de Dujshevaev. «Vive en un grande, lo que no pudo de jugador», comenta.

También los padres de Jaime y Raúl González, como los de Gurutz y Julen Aguinagalde, estarán, esta tarde en el Palacio de los Deportes, con el corazón dividido. No vendría mal un empate.

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