Hogar, dulce hotel

El mundo del alojamiento en la ciudad contará desde el próximo mes con un nuevo servicio de apartahoteles. Hasta ahora había hoteles, hostales y pensiones, pero a partir de ahora los huéspedes podrán beneficiarse también de una nueva fórmula que combina las ventajas de vivir en el hogar con todas las comodidades de un hotel.

La familia Anguiano es la impulsora de este nuevo recurso hotelero al que han llamado 'Sagasta apartahotel' para identificarse con la calle donde se encuentra, concretamente en el número 17, a escasos metros de Portales, en la esquina con la calle Carnicerías. Donde hace apenas un año había un viejo solar con una casa en ruinas, hoy se levanta un imponente y atractivo edificio de tres plantas, en cuyo interior se han habilitado nueve apartamentos de lujo, de 45 metros cuadrados cada uno.

«Ofrecemos todo el equipamiento que tiene una casa -cocina montada, televisión... con todos los servicios de un buen hotel», explica el director de estos alojamientos, Alejandro Anguiano, quien como el resto de su familia, ha puesto en este proyecto de gran desembolso económico no sólo dinero, sino mucha ilusión. «En realidad -señala- este nuevo negocio es herencia de la ferretería que mi padre, Alberto Anguiano, tuvo en este mismo emplazamiento durante muchos años y al que llegó tras dejar el primer local en la calle Portales, donde empezamos a ser muy conocidos».

700 euros al mes

Ocupar una de las estancias de 'Sagasta Apartahotel' costará 700 euros al mes y dará la posibilidad de alquilar una plaza de garaje por 100 más al mes. «Incluimos gastos de agua, luz..., va a tener servicio semanal de limpieza, con cambio de toallas, sábanas.... Las habitaciones tendrán espacio wifi y aire acondicionado», detalla Alejandro, quien no quiere dejar pasar por alto destacar la excepcional ubicación de los alojamientos, en pleno Casco Antiguo y rodeados de buena oferta comercial y de ocio.

Huéspedes confirmados

Los buenos pronósticos acompañan a este nuevo negocio, pues antes de que el edificio abra sus puertas el próximo uno de noviembre ya cuenta con dos clientes de larga estancia. Está confirmada la reserva de uno de los ingenieros que participarán en las obras del soterramiento del tren y la de una joven logroñesa que mantendrá aquí temporalmente su residencia. «Ha hecho cuentas y se ha dado cuenta de que le merece la pena pagar 700 euros frente a los 500 que le piden por un estudio en el centro, pues se ahorra los gastos de luz, agua y limpieza», explica Alejandro Anguiano.

Internet será una de las fórmulas elegidas para dar a conocer esta oferta hotelera. De hecho, la familia Anguiano está 'construyendo' una página web, en la que se publicitarán. «Estamos pensando, por ejemplo, en personas que no pueden satisfacer las exigencias de contrato de una inmobiliaria o necesita estar temporalmente fuera de su domicilio».