P. A.
Sábado, 12 de septiembre 2009, 02:22
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A mediados de julio, nadie daba un duro por la Juventud Deportiva Arrate. Tras un año de auténtica debacle económica en la que cercano estuvo el abismo, el club había perdido a casi todos sus puntales, había intentado librarse de algún jugador más sin conseguirlo, y nada se sabía de sus fichajes. ¿Estaba muerto el Arrate?
Resultó que no. El club guipuzcoano estaba esperando. Con un presupuesto limitado, y arriesgándose al máximo para encontrar lo que quedara suelto por el mercado, los eibarreses acabaron configurando un equipo muy por encima de lo que se suponía. Llegaron, por ejemplo, el lateral italo-croata Tin Tokic, llamado a ser una de las sorpresas de la liga, el zurdo Redei (un auténtico tirapiedras) o el extremo diestro de la selección húngara, Toro Szabolcs, un fenómeno en el lanzamiento. O el portero esloveno Blaz Voncina, que ha demostrado esta pretemporada un nivel muy alto.
Estilo Ruiz
A ello hay que unir los restos del fastuoso Arrate que se clasificó para Europa: el central Cutura, los pivotes Serrano y Beljanski. Todo eso, con el «estilo Julián Ruiz». Unai Arrieta, el extremo del Naturhouse que el año pasado estaba en el Arrate, y que acumula 6 años bajo la batuta del técnico, explica que «es un entrenador al que le gusta trabajar mucho, y exige que ese trabajo se vea en la pista». El fuerte carácter de Ruiz no cambia con los años. «Él quiere que su equipo tenga ese carácter», explica Arrieta, «y eso se ve en defensa, con mucho contacto, agresiva y profunda».
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