J.I. GASCO
Sábado, 5 de septiembre 2009, 02:19
Publicidad
«Siempre he vivido con cariño y apego a mi iglesia diocesana riojana, de la que nunca me he sentido ni ausente ni lejano y acepto el cargo con temor y temblor, pero con una confianza ilimitada en el Señor». Así se manifestó en sus primeras declaraciones el nuevo vicario general de la diócesis de Calahorra, La Calzada y Logroño, Javier Velasco Yeregui, como recoge el semanario de la diócesis riojana 'Pueblo de Dios' que este fin de semana se distribuirá por todas las parroquias riojanas.
El nuevo vicario general de la diócesis riojana es natural de Logroño y que sustituye en este cargo al recordado sacerdote José Luis Moreno, quien falleció el pasado mes de junio.
Con fecha del pasado 29 de junio, el obispo riojano Juan José Omella Omella, nombró vicario general de la diócesis riojana a Javier Velasco. Llega a Logroño procedente de Jerusalén, donde ocupó el cargo de director de la Casa de Santiago del Instituto Español Bíblico y Arqueológico en dicha ciudad y donde impartía clases de Pentateuco en la facultad de Ciencias Bíblicas.
Velasco nació en Logroño y su infancia transcurrió en la localidad de Murillo de Rio Leza.Es sacerdote desde el año 1990 y permaneció en las parroquias de Santiago de Logroño, en el propio seminario logroñés como profesor y formador y en la Iglesia de San Bartolomé.
Velasco destacó que «desde 1992, Tierra Santa ha sido mi casa y mi Iglesia. Fui allí por motivos académicos y la verdad es que me he ido integrando en la vida eclesial -rica y compleja- en medio del Islam y el Judaismo y con el azote del conflicto judeo-palestino».
Publicidad
En la entrevista que recoge el nuevo semanario 'Pueblo de Dios', el nuevo vicario comenta sobre su nuevo destino en la diócesis riojana: «Básicamente la tarea que inicio es un servicio directo al ministerio del obispo y a través de él, a nuestra diócesis».
Para terminar, el nuevo vicario general expone su insistencia en que «a los ojos de Dios tanto vale el servicio callado de un cura de un pueblo pequeño como el de un vicario. Más aún, tan efectiva es para la Iglesia la vida contemplativa de unas monjas de clausura como la vida de unos padres que educan en la fe a sus hijos».
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Las zarceras tras las que se esconde un polígono industrial del vino en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.