PABLO ÁLVAREZ
Jueves, 3 de septiembre 2009, 10:21
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El Naturhouse ganó ayer al que será su primer rival liguero. Lo hizo, además, con cierta soltura en el tramo final, con mejoría en el juego con respecto a los anteriores amistosos y con buenos momentos.
Hasta ahí, bien. Ahora, el 'pero'. Porque el Naturhouse ganó, pero... a saber a qué equipo ganó. Con la liga a diez días, Arrate y Naturhouse jugaron al despiste en este amistoso tolosarra. Sobre todo los eibarreses. Julián Ruiz estuvo medio partido cambiando a sus chicos de sitio, dejando sentados a sus mejores hombres, quitando lo que estaba bien para poner lo que no funcionaba. En el rato en que el Arrate fue el Arrate, las fuerzas estuvieron igualadas, con media parte (la primera) para cada uno.
El Naturhouse lleva unos cuantos partidos siguiendo el mismo guión: buen comienzo, ventajas sustanciales, pajarón a media tarde. Pues así fue la primera parte. Los primeros minutos mostraban a un Ciudad de Logroño muy superior, con una defensa muy anticipativa e inteligente, saliendo como una centella a la contra, y volando a la transición rápida cuando recibía gol.
Los riojanos, así, se fueron rápidos muy arriba, con 5 goles de diferencia que mantuvieron hasta el 15 (6-11). Entonces Arrate se asentó, y empezó a demostrar por qué es un equipo bastante mejor de lo que parecía que iba a ser. En sus filas -quizá no muy largas de efectivos- hay gente de mucha calidad. En la primera parte sobresalió uno: Tim Tokic, un joven lateral con un talento descomunal para hacer golazos de ésos que uno se fabrica desde los 9 metros. Hizo 4 de 4 en los últimos diez minutos.
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Con él y un juego con pivote (sobre todo Serrano) que el Naturhouse no podía parar, el marcador se estabilizó. Los franjivino pasaron una sequía goleadora ante la fuerte defensa eibarresa (marca de la casa Julián Ruiz, un pelín sobreprotegida por los árbitros) y todo acabó igualado: 15-16 al descanso, al que se llegó tras un último minuto precioso con tres golazos de Tioumentsev, Tokic y Parra. Balonmano de calidad.
Segunda de pega
El Naturhouse, pues, ganó la primera mitad por los pelos y en el último segundo, y quizá haya que quedarse con eso. Porque la segunda mitad fue un juego de espejos. Con el joven Moyúa en la portería, escondiendo a Cutura, dejando sentado a Tokic, moviendo casi todo... Ruiz dejó ventaja al Naturhouse. Los riojanos, que también tenían lo suyo (se guardaron a Sorrentino, tocado, les faltaban Isaías y Bashkin) cogieron lo que les regalaban.
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Para recordar, pues: no la victoria (a nadie amarga, claro), pero sí una cierta mejoría defensiva, más orden en el balance, más voluntad de hacer transiciones rápidas. Y buenos minutos del extremo izquierdo (Arrieta y Parra) y de algún otro. Lo demás es mejor no creérselo demasiado: el día 12 verá una guerra en el Palacio.
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