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El 'Palacio' de Inestrillas aprovecha las oquedades de la roca para crear una gran vivienda, cuya fachada supera los veinte metros de altura. / JUSTO RODRÍGUEZ
Al filo del abismo y el derrumbe
REGIÓN

Al filo del abismo y el derrumbe

El 'Palacio' de Inestrillas, construcción civil del siglo XVIII que se alza al abrigo de la roca que acoge al pueblo, lleva años de abandono y su fachada ya ha comenzado a desplomarse

V. SOTO

Sábado, 22 de agosto 2009, 11:57

Tiene que resultar difícil vivir siempre al filo del abismo, con la eterna perspectiva del salto final que acabe con todo. Así ha permanecido el 'Palacio' de Inestrillas durante tres siglos. Y ahora, cuando más voces reclaman por su mantenimiento, no para de recibir empujones mortales, en forma de desidia y desatención, para que se derrumbe completamente. Pero ése es el riesgo de estar siempre al límite, que un mal paso, un descuido o un resbalón te pueden estrellar contra el suelo.

La construcción del 'Palacio' resulta singular. Siguiendo los milenarios usos de edificación de Inestrillas, el arquitecto de esta obra se aprovechó del farallón rocoso que aporta personalidad al pueblo y sustenta parte de sus construcciones, como la iglesia de La Natividad. Los árabes ya habían aprovechado la roca madre para alzar construcciones, entre ellas un castillo que aún se mantiene en pie.

Pero fue mucho después, en el siglo XVIII, cuando con piedra, madera y adobe se levantó el 'Palacio', aprovechando y horadando aún más la roca hasta ofrecer una fachada de veinte metros de altura y doce de largo.

La casa, tras siglos de uso, en algunos momentos incluso como cárcel, dejó de estar habitada en la década de los 60 y aún se hallan restos de sus últimos moradores: muebles en la cocina, una cama, una silla de montar en las cuadras... Todo se puede ver porque la puerta está abierta, aunque el riesgo de desplome es grande.

El 'Palacio' es la única construcción civil y particular de las siete riojanas que se encuentran en riesgo inminente de derrumbe, según Hispania Nostra. Y la visita no deja lugar para la duda.

Inestrillas lamentará la desaparición de una de sus señas de identidad en pocos años si nadie logra hacer nada. Los indicios del derrumbe están próximos. En el 2006, parte de la fachada de piedra y adobe se derrumbó. Eran las palomeras y la entrada a unos corrales que se abren en la parte más alta de la roca. Ahora, ese fragmento del lienzo yace sobre el suelo.

El agua y sobre todo la falta de cuidado hacen mella en la construcción. Con la caída de esa parte de la fachada también se han derrumbado las escaleras que permiten el acceso al tercer piso y al altillo. El acceso se va limitando y también las esperanzas de los vecinos. «Nadie puede hacer nada para recuperarlo sin el consentimiento de los dueños», resume uno.

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