J. I. G.
Domingo, 9 de agosto 2009, 02:20
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La banda ETA lleva perpetrados en La Rioja desde el año 1980 un total de 40 atentados terroristas, causando cuatro muertes, entre ellas la de un teniente de la Guardia Civil y un comisario de Policía, además de dos civiles, y más de un centenar de heridos. En seis ocasiones, los etarras eligieron como objetivo a efectivos o acuartelamientos del Instituto Armado.
El primero de estos atentados contra la Benemérita costó la vida al teniente Antonio López Bescos, el 22 de julio de 1978. Los asesinos aprovecharon las obras de la AP-68, a su paso por Villamediana, para atentar con el estallido de varias cargas explosivas contra un comboy de la Guardia Civil. Además de la víctima mortal, 33 agentes resultaron heridos.
El 12 de diciembre de 1983, ETA volvió a señalar a la Guardia Civil con un atentado que provocó cuantiosos daños en la casa-cuartel de Calahorra.
Ocho años después, el 20 de mayo de 1991, dejó un herido leve y graves destrozos en el cuartel de Casalarreina. Tres meses después, el 19 de agosto, el blanco fue el destacamento de Tráfico que existía junto al peaje de la AP-68 de Logroño. Hubo un herido leve e importantes daños materiales.
El 17 de agosto de 1995, otro coche-bomba contra el cuartel de Arnedo causó 50 heridos leves e importantes destrozos. El pasado año, ETA repetía objetivo, el cuartel de Calahorra, con la explosión de un coche-bomba el 21 de marzo.
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