Un grupo de mariachis canta rancheras por toda la ciudad

Quien se cruce con el grupo Mariachi Juvenil Viva México no le pasará desapercibido. Cada tarde que no tienen actuación -anteayer, jueves, realizaron una en Vitoria-, estos quince mariachis afincados desde hace dos meses en Recajo acuden a su punto de partida, la cafetería Chile (Plaza 1º de Mayo), para recorrer al atardecer las terrazas de las calles Gran Vía, Portales y el Paseo de las 100 Tiendas de Logroño cantando rancheras.

«Así nos damos a conocer y alegramos un ratito a la gente, que nos recibe bien. Luego ellos mismos nos piden que pasemos la gorra», explica Luis Alberto Meléndez, uno de los mariachis. Y es que el grupo actúa en fiestas, bodas y todo tipo de eventos donde quieran contratarlos. En su blog se puede recorrer su amplio repertorio, en el que no falta ninguna ranchera clásica: ... «También conocemos rancheras más modernas, como algunas del cantante Luis Miguel, pero el repertorio ranchero que se conoce en España es más antiguo, en México ya se ha renovado hace tiempo», afirma David Barrera, otro de los mariachis.

Dirigidos por el director de mariachis Serio Meléndez, el grupo toca instrumentos como la guitarra, el guitarrón, el violín, las trompetas y hasta hacen trucos con el lazo vaquero al estilo del Oeste. «Atrapo chicas, bailo con la cuerda... Eso llama mucho la atención a la gente que nos ve», dice Luis Alberto.

También sonatas

Fundados en 1997 en León (México), a Logroño están importando costumbres chicanas como las sonatas nocturnas. «Si te quieres casar con una chica, nosotros te acompañamos a su casa a medianoche para pedirle la mano, es algo que aquí no se hace pero en México sí y es muy bonito», explica David.

Durante dos horas estos quince mariachis se pasean por las calles peatonales de la ciudad cantando, enfundados en sus trajes impolutos -de hecho, tienen varios juegos de uniformes-, a pesar del calor achicharrante de los últimos días, pero eso no es problema para ellos: «Somos 100% mexicanos, ¡puro aguante!», exclama un mariachi golpeándose el pecho; «¡100% batalla, güei!», afirma otro.