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Aunque los castellanos salieron en tromba, los alemanes reaccionaron y lograron hacerse con las riendas del partido en la primera mitad, que acabó con desventaja vallisoletana de tres goles (20-17). Tras el descanso, el Pevafersa se creció, gracias a un Perales magistral y a un excelente trabajo defensivo. Los vallisoletanos mantuvieron el tipo a pesar de que el Nordhorn jugó al extremo en defensa, ante la permisividad de los colegiados que, sin embargo, empezaron a castigar sin piedad al Pevafersa hasta el punto que desde el 22-24 en el minuto 44, mostraron hasta cuatro exclusiones, lo que permitió al cuadro local recuperar la renta de tres goles (28-25).
Pastor pidió un tiempo muerto para recomendar tranquilidad a sus jugadores en la recta final del partido y exigirles concentración ante la avalancha de exclusiones que estaban sufriendo. La experiencia acumulada tras cinco finales europeas les permitió conservar la calma y llegar al final con sólo un gol de desventaja (31-30), lo que les mantiene con vida para la vuelta en Valladolid.
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