Un Dios salvaje

El nombre de cualquiera de los cuatro soportaría por separado una obra con tirón. Juntos son capaces de llenar teatros tan complicados como el Bretón, no una noche, sino tres. Aitana Sánchez-Gijón, Maribel Verdú, Pere Ponce y Antonio Molero protagonizan este fin de semana en Logroño , una comedia de la francesa Yasmina Reza sobre los instintos y la agresividad inherente al ser humano, nunca absolutamente erradicada a pesar de los códigos de convivencia.

Garantizan su éxito un planteamiento curioso, una solvente construcción dramática, una puesta en escena y dirección modernas y cuatro estrellas de la interpretación. La trama es sencilla pero atractiva: un niño de nueve años ha pegado a otro en el parque (más concretamente, le ha roto los dientes); los padres de ambos se reúnen para solucionar civilizadamente el problema, sin embargo, y pese a su inicial actitud conciliadora, los cuatro terminarán a golpes, todos contra todos, al aflorar en el transcurso del encuentro sus propias frustraciones.

«¿Qué sucede cuando la educación, las buenas maneras y los códigos de convivencia se derrumban? -se pregunta Yasmina Reza (París, 1959), escritora, actriz, novelista y dramaturga de reconocido prestigio internacional- ¿Por qué sólo somos capaces de defender lo nuestro sin compartir lo ajeno? ¿Qué pasa cuando los padres son peores que los hijos?». La respuesta la da la propia autora a través de uno de los personajes: «Yo creo en un dios salvaje. Él es quien nos gobierna sin solución de continuidad, desde la noche de los tiempos».

La obra entraña una reflexión con conclusiones inevitablemente trágicas sobre la complejidad de las relaciones humanas, pero, sobre el escenario, las situaciones, «tan extremas como reales», se desarrollan siempre en tono de comedia con resultados hilarantes.

Estrenada originalmente en Zurich en el 2006 y montada posteriormente en capitales europeas como París y Londres, llegó a Madrid en otoño versionada por Jordi Galcerán y dirigida por Tamzin Townsend. Con Sánchez-Gijón, Verdú, Ponce y Molero, pronto se convirtió en un éxito de taquilla y comenzó su gira por España. En el Bretón logroñés permanecerá tres noches en cartel cercana a agotar las localidades. Es la última obra de teatro de la presente temporada.