Kale, en el alero

En Logroño hay suerte con los extremos izquierdos. Cuando el club subió a Asobal, por el Palacio apareció un extremo noruego rubio del que poca gente sabía nada. Era internacional, y poco más. Pero Havard Tvedten se convirtió en una de las figuras del equipo y de la liga, y acabó en un grande: ahora golea (y mucho) en Valladolid.

Cuando se fue, parecía imposible cubrir su hueco con un extremo de calidad y que, obligatoriamente, debería ser mucho más barato. Así, cuando el club anunció la contratación de Vukasin Stojanovic, pocos apostaban por él como sustituto de Tvedten. Demasiado desconocido.

Es cierto que Kale Stojanovic no tiene el carisma del noruego. Pero ni falta que le hace; el suyo es otro estilo, con pocas florituras y menos roscas: lo suyo es el derechazo directo. Pero ese derechazo le ha llevado a liderar (de largo) la tabla de goleadores del Naturhouse: 134 goles (133 según la Asobal). Y además, sus cualidades le convierten en un buen defensor, que incluso puede hacerlo en un lateral, rara avis para un extremo.

¿Se irá?

El bosnio es seguramente, el fichaje más rentable del año, pero aún así su continuidad en el Naturhouse está muy en duda. Stojanovic firmó un contrato por un año, pero aceptó firmar una cláusula por la que el club se reservaba la posibilidad de alargar el contrato por otra temporada de forma unilateral. Eso sí, con una subida considerable en el sueldo del extremo en ese segundo año.

La intención del club es, sin embargo, que Stojanovic firme ahora un contrato por algún año más. Pero el bosnio no quiere. Y el club, obligado a elegir entre pagar bastante dinero por un año más de Stojanovic, y tener que buscar sustituto de todos modos el año que viene, valora la posibilidad de no ejercitar esa opción y dejar marchar al extremo.

Las negociaciones siguen abiertas, pero las posturas parecen, por el momento, demasiado distantes para que haya a un acuerdo.