M. GALLEGO
Jueves, 26 de marzo 2009, 01:37
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«Estamos empezando a ver signos de progreso», anunció. Era una frase cauta, en boca de quien basó su campaña en el optimismo, pero ayer los datos vinieron a darle la razón a Barack Obama, y Wall Street emergió acorde.
Por primera vez desde julio del año pasado, la venta de nuevas casas aumentó en comparación al mes anterior. Y no poco: un 4,7%. Los analistas lo enmarcaban dentro de la salida de un amplio inventario en el que los precios han caído más del 18% con respecto a febrero del año anterior, y las ventas un 41%.
Pese a los matices, los economistas entrevistados por Dow Jones Newswire habían anticipado una nueva caída del 2,9%. Todavía ayer traía otro dato positivo que nadie había anticipado: el de los pedidos de bienes duraderos, que aumentaron un 3,4% con respecto al mes anterior.
Obama no echó las campanas al vuelo. El nuevo presidente insistió en que «no hay remedios rápidos ni una sola bala» para solucionar una crisis que no se gestó de la noche a la mañana, pero está convencido de que su plan integral funcionará.
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