PABLO ÁLVAREZ
Miércoles, 4 de febrero 2009, 18:25
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Las dudas eran comprensibles. Jota González tuvo que sobrevivir al difícil trago de pasar de ser segundo entrenador en un club grande a soportar toda la presión de máxima responsable de un club modesto, en el que ganar no era una costumbre. Y todo, en una temporada muy complicada. Así, el vallisoletano hubo de acostumbrarse a perder más que ganar, a no contar con los medios habituales y a tener en contra un sector de la afición desde casi el inicio.
Nuevos tiempos
Ahora las cosas han cambiado. Jota siempre contó con el apoyo casi sin fisuras de la directiva y del vestuario, tanto el año pasado como éste. Y en esta última temporada, con una plantilla más barata pero con muchos menos problemas de lesiones, el Naturhouse ha podido mantener un trabajo más continuado. Así, el equipo ha conseguido un nivel de juego que le ha llevado en la primera vuelta bastante más arriba de lo que se esperaba en un principio, hasta rozar la clasificación para la Copa del Rey.
El club no había ocultado que la renovación de Jota era prioritaria. De hecho, el prestigio del vallisoletano, sobre todo a la hora de hacer evolucionar a los jugadores jóvenes, es una baza que el CB Ciudad de Logroño utiliza a la hora de hacer fichajes.
Ahora podrá seguir haciéndolo: al menos dos años más.
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