

Secciones
Servicios
Destacamos
ARANTZA FURUNDARENA
Domingo, 21 de diciembre 2008, 13:57
Tal vez porque ha sido modelo, Paquita Torres mantiene el tipo como nadie ante la adversidad. Cierra el año con un balance dramático. En marzo perdió a su hijo Sergio, que murió con sólo 36 años, víctima de un cáncer fulminante. Paquita, esposa del baloncestista neoyorquino Clifford Luyk, visitó esta semana con su hija Estefanía el madrileño centro comercial La Vaguada para celebrar su 25 aniversario y visitar 'La Casa de Navidad', aunque para ella estas fechas ya no sean una fiesta.
- ¿Le gusta la Navidad?
- Me gustaba... Y más desde que fui madre, porque es una fecha muy para niños. En casa, elegimos a Papá Noel, porque Clifford, mi marido, nació en Estados Unidos.
- Y usted que es de Jaén, ¿ha mantenido alguna tradición andaluza?
-Pongo un pequeño belén.
- ¿Y cocina pestiños?
- Eso ya no, porque en la familia todos queremos estar delgados y no somos muy de dulces. Compro turrones y polvorones sólo por tener ahí la bandejita.
- ¿Ha decorado la casa?
- No. No he tenido humor. En Navidad lo bonito es tener a la familia reunida y todo lo que eso representa. Y este año en casa nos falta el alma. Sergio era un niño grande y lo disfrutaba como nadie. Por eso no quiero decorar la casa ni celebrar estas fiestas como todos los años. Temo que nos derrumbemos.
- Es que ha sido muy duro...
- La vida nos ha dado un revés tremendo, pero vamos día a día sobrellevándolo. Clifford y yo hablamos mucho de ello y nos decimos que Sergio volverá algún día del viaje, que se ha ido a Estados Unidos a vivir una temporada y allí seguirá. Porque se me hace muy difícil pensar que ya no voy a ver su cara. Pero bueno, afortunadamente tengo a mis dos hijos, Estefanía y Alejandro, y una nieta preciosa. Y, sobre todo, una pareja que es una maravilla. Nos llevamos tan bien y nos queremos tanto...
- Y eso que dicen que los matrimonios internacionales tienen un mayor riesgo de divorcio.
- El secreto es que hablamos muchísimo. Nos respetamos y nos entendemos de maravilla. Sólo con mirarnos ya sabemos lo que quiere el otro. Si estoy molesta se lo digo, pero también sé callarme. Yo no discuto; mejor un silencio a tiempo que decir algo de lo que luego te arrepientas.
«Yo soy la fuerte»
- ¿Quién se apoya en quién?
- Todos dicen que soy yo la fuerte. A él le veo muchas veces con lágrimas en los ojos. Yo tengo también mis momentos bajos, pero voy siempre con la sonrisa. Si he estado llorando poco antes, nadie me lo aprecia. Yo sabía que Sergio no tenía cura, porque los médicos me lo dijeron, y sin embargo no paré de darle ánimos hasta el final para que no se enterara ni se diera cuenta. Luego decía para mí: «Díos mío, qué hago...». Pero es que no quería que él se hundiera.
- Dicen que de lo malo también se aprende.
- Te cambia la forma de ver las cosas. A lo material ya no le doy importancia. Yo ya sólo pido que Dios nos dé mucha salud, porque lo demás es secundario.
-¿Es usted consumista en Navidad?
- Sergio lo era. Era un manita rota. Quería comprar cosas para todo el mundo y lo organizaba todo. Por eso esta Navidad estamos todavía que no sabemos qué hacer, si pasarla en Madrid o ir a Valladolid con mi hija
- ¿Qué le pide al año nuevo?
- Más nietos. Y también mucha paz para todos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Síntomas que pueden alertar de un posible cáncer de vejiga
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.