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ARANTZA FURUNDARENA
Domingo, 9 de noviembre 2008, 01:42
Dicen que los niños vienen con un pan bajo el brazo y Adriana, la hija de Alejandra Prat, le ha traído a su mamá un contrato como imagen de la firma de calzado infantil Pablosky. La pequeña cumple hoy un mes y su emocionada mamá está decidida a regalarle el primer par de «zapatitos para el invierno». Casada con el empresario catalán Juan Manuel Alcaraz y afincada en Barcelona desde su boda, Alejandra cuenta que Adriana es muy buena: «Come, duerme, come, duerme...», y que ella ya está pensando en darle un hermano.
-Me han contado que su ginecólogo es el doctor García Valdecasas, el de la infanta Cristina. ¡Qué nivel!
-La verdad es que lo elegí porque atiende también a mi cuñada. Al ser yo nueva en Barcelona, me fié de su consejo. Al principio, ni sabía que era el ginecólogo de la Infanta. Pero cuando lo supe, pensé: «Seguro que he acertado, porque supongo que la Infanta elegirá lo mejor». Y la verdad es que ha sido la mejor elección que he podido hacer en mi vida. Él me lo explicó todo tan bien y me hizo el parto tan fácil, que en el mismo paritorio, cuando tenía la niña encima, pregunté cuándo podía tener el siguiente.
-La veo rodeada de zapatos, y en Madrid... ¿Dónde está Adriana?
-La he dejado en Barcelona, al cuidado de una señora que es enfermera y me la atiende fenomenal. Estoy tranquila, pero deseando volver a casa. Ser imagen de Pablosky es un trabajo puntual, como mi intervención semanal en 'El programa de Ana Rosa'. Sigo con mi empresa de comunicación, pero he decidido volver al trabajo de una forma relajada; así puedo disfrutar de la maternidad plenamente.
-¿Cómo es Adriana?
-Ya mide 51 centímetros... Es que nació con sólo 47. Dice el doctor que es normal, que algunos niños nacen más pequeñitos y luego dan el estirón. En eso manda mucho la genética.
-Pues usted es muy alta.
-Mido 1,82. Pero casi preferiría que mi niña fuera un poco más bajita. Con 1,75 creo que ya iría bien.
-¿No está contenta con su estatura?
-Me habría gustado ser un poquito más baja. Mi hermana pequeña mide 1,73 más o menos y encuentro que está mucho más en la media. Se puede poner taconazo.
-Mientras que usted, con tacones, sobrepasa a su marido.
-Sí. Él mide sólo dos centímetros más que yo. Pero lo lleva muy bien. Mi marido está tan seguro de sí mismo que no necesita que yo me ponga zapato plano para sentirse mejor. Además, a mí me encantan los tacones, los veo muy femeninos y suelo utilizarlos. Pero ni Juanma se siente mal por eso ni me hace sentirme mal a mí.
-¿Va a ser muy 'fashion victim' para la ropa del bebé?
-Espero no caer en eso, pero reconozco que soy bastante clásica. Barcelona, donde vivo, es más vanguardista, pero yo soy más como del norte. Además, mi madre vive en Galicia y me lo trae todo hecho a mano. Tengo incluso el carrito de cuando era pequeña y lo voy a utilizar. Soy partidaria del faldón, el gorrito de lana con el lacito... Mi madre guardó también todos los vestidos de cuando era pequeña. Los ha mantenido impecables.
-¿Se acuerda mucho de su padre?
-Uf, no se imagina... Le cuento historias a mi niña. Le digo: «Si viviera tu abuelo te llamaría la pulguita, te diría esto y aquello...» Mi padre estaría como loco. Pienso mucho en cómo en mi infancia.
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