J. ALBO
Martes, 14 de octubre 2008, 02:40
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José Carlos tiene seis años, pero su vida podría apagarse en tan sólo uno o dos si 700.000 euros no lo evitan. Este el precio de la complicada operación de trasplante de médula ósea a la que este niño de Zaragoza debería someterse en el hospital de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) para superar su 'rara' y fatal enfermedad, de nombre Adrenoleucodistrofia.
El niño la tiene, pero aún no padece ninguna afectación física. Juega, ríe, llora y vive como cualquier otro. En cualquier momento, sin embargo, podría empezar a perder vista, oído, movilidad; sufrir retraso mental y, progresivamente, adentrarse en un estado vegetativo que terminaría con su vida en uno o dos años, plazo que empezó a contar cuando se le diagnosticó la enfermedad, allá por febrero.
Su padre, José Manuel Galera, relata que, en España, nadie se arriesga a intervenirle. También lo han intentado en Francia, con el mismo nulo éxito. «Al ver las resonancias, vieron que la enfermedad estaba muy avanzada y rechazaron la operación», indica, apuntando a una filosofía, la europea, de «no hacer nada en estos casos, dejar que el niño se vaya apagando poco a poco, disfrutar de él mientras esté bien...». Sin resignarse a este destino, y a través de una fundación internacional, supieron del doctor Charnas, del hospital de la Universidad de Minnesota, quien «cree que el niño está en condiciones de hacerle un trasplante con cierta garantía de éxito», señala el padre. El precio, 700.000 euros.
Sus padres intentan conseguir el dinero a toda costa, porque cuando la enfermedad empiece a mostrarse no habrá nada que hacer. El progenitor, trabajador en Würth- Zaragoza, hizo un llamamiento a la colaboración que halló rápido eco entre sus compañeros de empresa, incluidos los de la plantilla riojana, que han empezado a movilizarse para obtener el dinero, aportando el suyo propio o difundiendo el caso y los números de cuenta donde ingresar donativos. 'Würth' ha hecho una aportación generosa, pero aún falta mucho.
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«Necesitamos irnos ya»
«Creo que vamos a conseguir el dinero -dice el padre- pero lo malo es que no lo logremos hasta dentro de dos o tres meses, porque necesitamos irnos ya». El problema es que el hospital americano pide un 80 por ciento por adelantado. «Ahora nos faltarían unos 300.000 euros, por lo que nuestro principal deseo es que un banco nos deje ese dinero, con una moratoria de dos o tres meses, sin intereses, para que se los devolvamos, e irnos mañana mismo a Estados Unidos».
La angustia está instalada en esta familia. «Su forma de reír es como la banda sonora de nuestra casa, y no quiero que deje de oírse», dice el padre. Ninguna vida tiene precio, pero salvar la de Carlos cuesta 700.000 euros.
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