SOCIEDAD

Un riojano en el 'botxo'

Diego Urdiales participa esta tarde en una de las corridas más importantes de la temporada: el cierre de la 'Aste Nagusia' bilbaína con toros de Victorino Martín y con 'El Fundi' y Antonio Ferrera en el cartel

PABLO G. MANCHA

Domingo, 24 de agosto 2008, 02:23

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Diego Urdiales afrontará esta tarde en el coso de Vista Alegre de Bilbao uno de esos compromisos con lo que sueña cualquier torero: la corrida de Victorino Martín, el mismo festejo en el que el año pasado Manuel Jesús 'El Cid' decidió encerrarse en solitario en este ruedo y rubricar una de las tardes más importantes de la temporada y probablemente de su carrera profesional. Y es que tras Madrid y Sevilla, Bilbao es la plaza que más prestigio puede otorgar a un torero, tanto por el impresionante trapío que suelen lucir los astados que se lidian como por la seriedad de su presidencia, protagonizada por Matías González, un tipo duro, cabal y en algunas ocasiones menospreciado por el entorno de algunos toreros.

Diego Urdiales, tal y como relató el jueves en el programa 'Sol y Sombra', de Punto Radio La Rioja, llega con la moral «por todo lo alto» tras su actuación en San Sebastián: «La corrida del domingo pasado me dio alas porque me sentí muy torero, me entregué al máximo, estuve por encima de un lote muy dificultoso y dejé constancia de que quiero hacer el toreo de verdad, tal y como yo lo siento. Además, me encantó como me trató la afición y que la crítica nacional fue unánime al enjuiciarme».

Diego Urdiales ha estado toda la semana preparándose para este festejo con el hándicap de contar con una costilla rota y otra fisurada tras la voltereta que le propinó el victorino al que cortó la oreja: «He andado mucho y lo que sí voy a hacer es que los médicos me infiltren antes de salir al ruedo, ya que este tipo de fracturas son muy dolorosas». De todas formas, no será la primera vez que se enfrente a una corrida de Victorino con una costilla rota: «Me sucedió en Logroño y lo que más recuerdo es la incomodidad». Y es que esta corrida es casi un sueño para el arnedano: «El año pasado la vi como espectador y ahora me toca a mí saltar al ruedo. La verdad es que las cosas han cambiado bastante y por eso voy a hacer el paseíllo con una idea clara: torear y cortar las orejas. Tengo confianza en los toros de Victorino, creo que los entiendo bien, y espero que alguno me dé la oportunidad de demostrar lo que sé hacer».

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