TERESA LAPRESA |
Miércoles, 28 de mayo 2008, 12:46
Pese a sólo contar con 10 años, Fatma es huérfana de madre, así que siguiendo las costumbres de su país, cuida de su familia en el Sáhara, especialmente de su abuela. Pero cuando llega el verano, esta adulta adelantada vive una de sus mejores épocas: llega a La Rioja para residir aquí con su familia de acogida y, durante dos meses, puede disfrutar como lo que es en realidad, una niña. Así, este periplo en nuestra región supone para ella un alivio para poder alejarse durante los duros meses de verano del inhóspito desierto, y librarse de los casi 60 grados que se sufren allí durante el estío.
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Este es sólo uno de los ejemplos de los 60 niños que vendrán con el programa Vacaciones en paz 2008, un programa que busca la acogida familiar para niños y niñas saharauis que viven en los campamentos de Tindouf (Argelia). Este verano visitarán España unos 10.000 niños que tienen de 6 a 13 años, y la acogida por parte de las familias de aquí es reconocida como un esfuerzo de solidaridad y apoyo a al causa saharaui. Ya son unas 100.000 personas las que de un modo u otro han participado en el programa de 'Vacaciones en Paz', y gracias a ello, gran parte de la población de este país será receptora del mensaje de libertad que va implícito en el proyecto.
Esta familia riojana se decidió a participar en el programa tras ver un artículo en el Diario LA RIOJA. Desde entonces, han colaborado con las distintas asociaciones de apoyo al pueblo saharaui de La Rioja, y definen la experiencia como muy gratificante. No das tanto, sólo lo que te sobra, comenta Araceli. Hay que hacer un esfuerzo para traerles y para tenerles porque viven unas condiciones muy duras especialmente en verano. Por eso, esta familia quiere hacer un llamamiento para que los 60 niños que vienen puedan tener aquí su familia y no tengan que regresar anticipadamente al Sáhara. Además, el Servicio Riojano de Salud les hará reconocimientos médicos, especialmente en los oídos, pulmones y vista.
Todo esto no supone ningún gasto para la familia, que lo único que tiene que hacer es quererle y tratarle como a un hijo más, darles mucho cariño, comida y algo de ropa,afirma Araceli, no es necesario darles dinero, cada uno les puede dar lo que quiera, añade. Estos niños son muy agradecidos y se adaptan fácil y rápidamente, además de ser muy familiares, por eso la mayoría de las personas que participan en estos programas coinciden en que recibes más que lo que tú les puedes dar, siempre tienen una bonita sonrisa en la boca, por mucho que creo que doy, no es ni la mitad de lo que recibo, comenta Araceli.
No es lo mismo contarlo que verlo, insiste Araceli, que viaja dos veces al año al Sáhara para reencontrarse con Fatma y su familia, y añade que hasta que no estás allí, no ves la precariedad en la que viven, pese a que ellos te ofrecen todo lo que tienen para que estés bien, a pesar de sus limitaciones. Los vínculos que se crean entre las dos familias son muy especiales. Por ello, Araceli y Gabriel creen que es muy importante que cada uno haga un examen de conciencia, porque damos lo que nos sobra, pero eso ya es mucho para los niños que no tienen nada.
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Es fundamental tener claro que es un niño para dos meses, no es una adopción, ellos vuelven muy contentos y con muchas ganas de ver a su familia, es muy gratificante cuando vienen, cuando hablas con ellos por teléfono y cuando vas a verles, y también es satisfactorio verles tan contentos cuando se van, por todo lo que han disfrutado y aprendido aquí". Por ello, esta familia riojana pide que la gente se conciencie para poder ayudar a estos pequeños y así hacerles la vida un poquito más fácil.
Pero para ayudar a estos niños hay que conocer su historia y por tanto la historia del pueblo saharaui. El Sáhara occidental está al Noreste de África y cuenta con una superficie igual a la de la mitad de España. El clima es seco, desértico, el paisaje muy llano y pedregoso con algunas zonas de arena y dunas, y la costa es acantilada, ventosa y con zonas de playa. La riqueza de este territorio se basa en la pesca, los fosfatos, el turismo, los hidrocarburos, el hierro...sin explotar. Los servicios tienen la posibilidad de aumentar de forma importante los ingresos por cánones de transporte para el desarrollo comercial con los países vecinos.
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Las características más importantes del pueblo saharaui son que veneran y respetan a los ancianos, son hospitalarios, austeros, con mucho sentido de la dignidad y de carácter tímido y reflexivo. La mujer siempre ha sido la encargada de la casa y de los hijos, y el hombre, el encargado de llevar la comida a casa, trabajar con el ganado y transportar el agua sobre los camellos. Respecto a tener hijos, hoy en día es una necesidad del estado, de supervivencia como pueblo.
Desde que Marruecos entró en el Sáhara, la situación ha cambiado mucho, pero a pesar del apoyo de la ONU, las resoluciones no obligan a que Marruecos abandone la zona, por eso, en lugar de vivir en las costas, los niños viven en el desierto.
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