N.ALONSO |
Jueves, 20 de marzo 2008, 00:29
Desde el inicio del partido, el Naturhouse La Rioja estuvo bien plantado en la cancha, más seguro y eficaz. El Teka Cantabria, por su parte, se mostró equilibrado al principio, pero pronto demostró que estaba siendo vapuleado por los riojanos.
Publicidad
Al descanso se fueron ambos conjuntos con una ventaja favorable para el Naturhouse de ocho goles. De ahí en adelante, no hubo cambios significativos, excepto que fue creciendo esa renta hasta llegar incluso a los trece goles de ventaja. El Teka bajó los brazos muy pronto y luego no pudo recuperarse de la paliza moral que le estaba infligiendo el Naturhouse.
Goles de vaselina, de rosca, fuertes tiros, en semifallo... Daba igual. Todo entraba para el Naturhouse. Y el Teka que sólo podía intentarlo, no conseguía hacer daño a los locales gracias, en parte, a un glorioso Gurutz Aguinagalde, que convirtió su meta en una fortaleza casi inexpugnable, y gracias también a Oneto, fantástico en su contención.
Además, el acierto constante de Havard Tvedten, sin duda el mejor del partido, hacía mella en las filas cántabras que vieron cómo al final el marcador les dejaba doce goles por debajo de su adversario. Un rival, el Naturhouse, que respira tras varios tropezones y que puede empezar a confiar en su permanencia en Asobal si mantiene el ritmo y la concentración que mostró hoy en el Palacio de los Deportes.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Una luna de miel que nunca vio la luz
El Comercio
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.