ESPAÑA

Uriarte pide al pueblo vasco que «exija la completa disolución de ETA»

Amigos, familiares y dirigentes políticos despiden en Mondragón al ex concejal Isaías Carrasco. El obispo donostiarra asegura que Euskadi «no quiere resignarse»

AGENCIAS

Domingo, 9 de marzo 2008, 14:20

Miles de personas, entre ellas la familia de Isaías Carrasco, representantes institucionales del Gobierno, de distintas comunidades autónomas y de todos los partidos democráticos, despidieron ayer al ex edil socialista Isaías Carrasco en el funeral oficiado en Mondragón (Guipúzcoa).

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El oficio religioso comenzó pasadas las 17 horas en la parroquia San Juan Bautista, que se encontraba completamente abarrotada de público, mientras cientos de personas seguían bajo la lluvia las palabras del obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, en el exterior del templo.

Los aplausos y las escenas de dolor y solidaridad con la familia se sucedieron en todo momento desde que el féretro con los restos mortales de Carrasco salió del Ayuntamiento precedido por cerca de cincuenta coronas y ramos de flores.

El ataúd atravesó la plaza del pueblo a hombros de algunos dirigentes socialistas como Patxi López y Miguel Buen, que lo cedieron a los concejales socialistas de Mondragón y, después, a familiares de la última víctima de ETA, quienes lo introdujeron en la iglesia.

«Todos somos Isaías»

En el Ayuntamiento, situado en el otro extremo de la plaza, había varios francotiradores de la Policía apostados en las ventanas, mientras que de la fachada de la casa consistorial colgaba una pancarta con el lema «Todos somos Isaías».

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En el interior del templo se encontraban ya la viuda, María Ángeles, y las dos hijas de Carrasco, Sandra y Ainara, ya que su hermano pequeño no estuvo en el funeral.

Entre los representantes institucionales que acudieron a Mondragón se encontraba la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; el presidente del Senado, Javier Rojo; el lehendakari, Juan José Ibarretxe; el presidente de la Generalitat, José Montilla; y los presidentes de Cantabria, Asturias y Andalucía, Miguel Ángel Revilla, Vicente Álvarez Areces y Manuel Chaves, respectivamente.

También asistieron al funeral dirigentes de todos los partidos democráticos, entre ellos, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco; el presidente y el secretario general del PSE, Jesús Eguiguren y Patxi López; el secretario ejecutivo de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia del PP, Ignacio Astarloa, y la presidenta de los populares vascos, María San Gil; el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares; el presidente del PNV, Iñigo Urkullu; el presidente de EA, Unai Ziarreta, y el secretario general de UGT-Euskadi, Dámaso Casado.

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Entre el llanto de algunos de los asistentes, el obispo constató en su homilía la conmoción e indignación provocadas por «la violencia desalmada de ETA». En su homilía, el prelado rechazó el «manotazo terrorista» que ha terminado con la vida de Ca- rrasco.

Además, Juan María Uriarte también pidió al pueblo vasco que en este «momento político decisivo», en velada referencia a las elecciones de hoy, decida «sin coacciones» y, sobre todo, «exija la completa disolución de ETA». Euskadi, dijo, «no puede ni quiere resignarse a la presente situación».

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Trató de consolar a los familiares al asegurar que Jesús está junto a ellos «para ayudarles a seguir viviendo con toda dignidad, sin permitir que este manotazo terrorista los recluya en la depresión crónica o destruya su salud anímica y su amor a la vida».

En la intimidad

El obispo de San Sebastián también quiso animar a los presentes a ejercer con «coraje» la «libertad de espíritu en este momento político decisorio, sin que ninguna coacción» encuentre «el eco más mínimo» en la sociedad y añadió que «la esperanza, siempre herida por acontecimientos terribles como éste, es necesaria para vivir. Sin la esperanza estamos muertos», concluyó.

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Al término del funeral 'corpore insepulto', al que no pudieron acceder los medios de comunicación por expreso deseo de la familia, que pidió intimidad para los actos, el féretro salió del templo portado a hombros hasta el coche fúnebre, que abandonó la plaza del pueblo entre los contínuos aplausos de los asistentes.

Los familiares de Isaías Carrasco también han decidido que la incineración de los restos mortales del ex edil tenga lugar en la intimidad.

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